La natación tricolor alcanzó en 1972 su punto más alto con el guayaquileño Jorge Delgado Panchana y su insuperable cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Múnich. Cuarenta y seis años después, el actual presidente de la Federación Ecuatoriana de Natación (FENA) lamenta la práctica insuficiente de este deporte en la ciudad cuna de la natación en el país, como lo exteriorizó Tomás Peribonio, dueño, a sus 22 años, de ocho récords nacionales absolutos en piscina de 50 metros. Y aunque hay éxitos en aguas abiertas sobre el bajo nivel en la práctica tradicional (en piscina), dice Delgado que él “rema contracorriente”, que la FENA no tiene “recursos ni personal”. El hijo de un célebre exarquero de Barcelona (Jorge Delgado Guzmán) formula una hipótesis respecto al mal momento de la natación nacional: “Ecuador es un país enfermo de fútbol”. Y de la pérdida (¿definitiva?) de la hegemonía de Guayas en las piletas, reconoce que “hoy se practica más natación en la Sierra que en la Costa”.

¿Qué sucede con la natación ecuatoriana?

Hemos descubierto que las figuras surgen cada 40 años. Los Mosqueteros (Carlos Luis y Abel Gilbert, Luis Alcívar y Ricardo Planas) fueron campeones sudamericanos en 1938 (en Lima), y en 1978 (en Guayaquil, con Delgado, Luis Bajaña, Diego Quiroga y otros) volvimos a ese sitial. Pero esto solo sucede dentro de los parámetros normales, cuando no existen grandes cambios externos. Hoy tenemos a Samantha Arévalo.

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¿A qué cambios se refiere?

En la última década hubo muchos (de corte político).
Y así cambió el hábitat de la natación. Hubo cambios de forma en deporte nacional con las nuevas leyes (en el anterior gobierno). Entonces toma más tiempo (que surjan figuras).

¿No es demasiado 40 años?

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Es que es un proceso natural. Para que surja una figura debe haber un número masivo de practicantes. Eso debemos lograr: que en un país como Ecuador, de 16 millones de habitantes, haya por ejemplo 24.000 nadadores de élite. En EE.UU. quizás hay un millón de nadadores. Así con seguridad sale un Michael Phelps solito, en un proceso de eliminación natural.

¿Y el caso de Guayaquil?

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La tendencia, al igual que en el resto del país, es a aprender a leer y escribir. Y después aprender inglés, computación, música. Eso no está mal, pero la natación debe ser aprendida como parte de la formación de cada uno. No necesariamente para hacer un deportista.

No se prioriza la natación; lo hacen muy pocos centros educativos. Aquí se tiende a crear intelectuales divorciados de la educación física.

¿Cómo se afectó la natación guayaquileña en la última década, según lo que dice?

En el pasado eran los clubes los que representaban una masa fuerte. En interclubes compitieron hasta 27 clubes alguna vez. Eso cambió con la nueva ley; los clubes debieron volver a formarse. Hubo dificultades, porque en la natación existe el voluntariado (de los directivos). No hay renta como en el fútbol. Cuando se complicó todo el tema de la conformación de los clubes pocas personas regresaron. El grupo de clubes que hacían natación se redujo a uno pequeño. A menos clubes, menos nadadores.

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¿Qué otros factores señala?

Se cambió el pénsum estudiantil. Normalmente se captaban deportistas en las vacaciones. Antes había hasta tres meses de vacaciones. Los padres llevaban a sus hijos a nadar y los clubes podían escoger a los mejores y ponerlos a entrenar. Al reducirse los sitios y tiempos, sucede eso. Se suma la parte económica y de seguridad: ya no se puede mandar a un hijo a practicar deporte porque vuelve sin zapatos ni celular.

¿Influye que Ecuador sea un país futbolizado?

Pienso que Ecuador está enfermo de fútbol. Quienes lo han enfermado de fútbol son quienes lo han manejado como un negocio. Soy del criterio de que se debe hacer deporte porque gusta, no por el dinero. El deporte debe recibir ayudas, pero no profesionalizar a la gente.

Peribonio dijo que le dio tristeza ver piscinas vacías en Guayaquil. ¿Qué opina?

Las piscinas no deben estar vacías. Se deben hacer alianzas estratégicas con los centros educativos, que no están obligados a tener piscinas. Normalmente las escuelas y colegios, a excepción de las estatales, son negocios para que ingrese dinero, no para que egrese. Por lo tanto, estos deberían hacer alianzas estratégicas con los diferentes clubes. En Guayaquil hay nueve piscinas de 50 metros y ni hablar de las de 25 m. Debe haber desde las altas esferas (públicas) la disposición de que nadie se puede graduar si no sabe nadar. La piscina tiene que funcionar 16 horas al día, pero no se empuja la cultura del deporte.

¿Qué hace usted desde FENA ante esta situación?

Muchas cosas, pero remar contracorriente es imposible. El cambio empieza con otras personas que deben tener voluntad y darse cuenta de que existe un problema. No tengo los recursos para hacerlo ni el personal. Pero existe una Secretaría (del Deporte) o Ministerio que puede recabar estadísticas y preguntarse por qué no crecemos. La población crece y debería haber un crecimiento proporcional de más practicantes.

¿Qué opina sobre la reducción de las medidas reglamentarias de la piscina del Vicente Rocafuerte, donde usted se formó?

Es una barbaridad. Lo que hicieron no tiene nombre. Si la piscina está ahí, remodélela; si el piso es un peligro, súbalo; pero no le quite un carril y no la haga más corta. Se perdió un escenario deportivo como se vienen perdiendo muchos. En Guayaquil, tenemos aún los mismos trampolines del Mundial de 1982.

¿Por qué Azuay, provincia sin ríos propicios para nadar, se destaca más que Guayas en natación?

Azuay ha sabido capitalizar. Supo aprovechar diferencias dirigenciales en el país. Esto viene de muchos años atrás. Si veinte provincias deciden no participar, Azuay dice que sí lo hace. Entonces los recursos comenzaron a irse a quien quería hacer las cosas. Eso hizo que Azuay subiera (en nivel competitivo). Las demás provincias no han tenido capacidad para igualarlos o superarlos. Es un tema de dirigencia. Aunque parezca mentira y sea más difícil, hoy se practica más natación en la Sierra que en la Costa. (D)

Me entristece que existan tan perfectas piscinas que estén vacías (en Guayaquil). Ver el talento (desperdiciado) que tenemos es un poco triste. Existe calidad mundial.Tomás Peribonio, nadador ecuatoriano dueño de ocho récords nacionales absolutos

Algunos éxitos de Ecuador con Guayas como protagonista en las piscinas

1938

Los Cuatro Mosqueteros del Guayas, Carlos Luis Gilbert, Luis Alcívar, Abel Gilbert y Ricardo Planas, todos del club LDE, ganan el Sudamericano de Natación en Lima, primer título internacional del deporte ecuatoriano.

1939

Otro representante de Guayas y LDE, Cristóbal Savonich, es el primer ornamentalista en la historia de Ecuador que logra oro a nivel internacional como campeón sudamericano.

1959

Con base de nadadores del colegio Vicente Rofacuerte entre los que brillban José Ferretti, Agustín Fuentes, Jorge Jiménez y otros, Ecuador conquista el torneo Grancolombiano, del que fue segundo en 1958.

1973

Mariuxi Febres-Cordero se convierte en la primera nadadora en nuestra historia en conseguir oro en un torneo sudamericano. Fue en el IV Campeonato Infantil Juvenil de Río de Janeiro.

1973

Mariuxi Febres-Cordero se convierte en la primera nadadora en nuestra historia en conseguir oro en un torneo sudamericano. Fue en el IV Campeonato Infantil Juvenil de Río de Janeiro.

1972

El guayaquileño Jorge Delgado es cuarto en la final de 200 metros mariposa en los Juegos Olímpicos de Múnich.

1976

Jorge Delgado, con seis medallas de oro; Mariuxi Febres-Cordero, con cinco doradas, y el saltador Nelson Suárez, con una de oro, hacen que Ecuador sea la sensación del Sudamericano de Punta del Este, Uruguay.

1978

El guayaquileño Jorge Delgado lideró la selección tricolor, en la que también

hubo nadadores de Pichincha, que fue campeona del Sudamericano en Guayaquil.

1982

Guayaquil fue sede del IV Campeonato Mundial de Natación, único evento náutico de ese tipo realizado en el país.

2007

En agosto de ese año, Marco Camargo obtuvo bronce en el Mundial Juvenil, en Brasil.