Amanece en el sitio El Playón, y en la casa de los padres de Richard Carapaz se aprestan a vivir la novena etapa del Giro a Italia, una de las tres grandes vueltas del ciclismo mundial.

Es el Día de las Madres y para esta jornada hay más atención por el triunfo que alcanzara Richard el día anterior, “me adelantó el festejo”, dice Anita Montenegro, progenitora del corredor del Movistar Team.

En este caserío de la vía Julio Andrade-Lago Agrio, del que es originario el crédito tricolor, se vive a plenitud el ciclismo, “Tierra de Campeones”, reza en una pancarta.

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La diferencia horaria con Italia obliga a madrugar, combatan el frío y la llovizna de la zona para sentarse frente al televisor a doña Anita, a Cristina (hermana de Richard) y don José María (abuelo paterno).

Aún emocionada, doña Anita revive lo que fue la jornada sabatina, histórica para el ciclismo nacional, al ser Richard el primer pedalista ecuatoriano en ganar la etapa en una de las más importantes pruebas del World Tour de la Unión Ciclista Internacional, que junto al Tour de Francia y la Vuelta a España son consideradas las más exigentes en cada temporada.

Cristina labora en Tulcán y llegó el sábado para alentar a su hermano a la distancia. “Nos alegramos en el final, salté de la silla y me puse junto a la tele, tenía ganas de empujarlo. ¡Dale, carajo! le gritaba”, dice la segunda de tres hermanos de la familia Carapaz Montenegro.

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Con la sala llena, los comentarios sobre los 225 km que se corrieron entre Pesco Sannita y Gran Sasso D’Italia se cruzan. Hablar de ciclismo no es nuevo, es casi una década que han seguido la carrera de Richard, que a sus 15 años ganó su primera prueba, la Vuelta del Retorno en Ibarra, federado por Sucumbíos y al mando de uno de los ciclistas que brillaron por Ecuador a nivel internacional: Juan Carlos Rosero, su mentor.

“Empezó de joven, ayudaba en las cosas de la casa y le fue quedando el ciclismo. Tenía una bicicleta viejita y en el colegio llegó el profesor Rosero para entrenarlo, así empezó todo”, cuenta doña Anita.

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Los recuerdos se funden con las incidencias de la etapa. En cada aparición de Richard la sala se enciende, hay aplausos, gritos y barras que comanda un grupo de ciclistas máster que llegaron para saludar también a la familia, de ellos, Omar Chamorro, su hermano Marcelo y el profe Shuber Prado comentan sobre la prueba.

“Se vienen los últimos kilómetros”, dice Omar, que con el plano de la etapa indica el momento que deberán “atacar” los punteros.

Los cinco kilómetros finales son de expectativa, en la sala se pierde el orden, y entre la ilusión de ver al carchense entre los primeros ubicados está la desilusión de la señal satelital que no deja ver el tramo final.

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Se cierra la etapa y se desconoce el resultado, son minutos de tensión, la ansiedad es latente, hasta el anuncio que ganó el inglés Simon Yates. Se espera el detalle y Richard es quinto, llegó a cuatro segundos y asciende al sexto lugar en la clasificación general y, además, mantiene la Maglia Bianca como líder de los jóvenes.

Doña Anita sigue emocionada, “es buen puesto, vendrán mejores días. Siempre ha destacado por su esfuerzo, es muy tenaz”, dice la madre, que acabada la etapa se despide y vuelve a sus actividades. (D)