Fiel a su honestidad brutal, Diego Maradona sentenció desde el mismo escenario del sorteo del Mundial que “Argentina tiene un grupo bastante accesible, pero hay que mejorar. No puede jugar tan mal como lo está haciendo”, apuntó el ex astro en Moscú.

Es cierto, el Diez tiene un encono personal con el entrenador de la Albiceleste, Jorge Sampaoli, pero no por ello se le “escapó la tortuga”, latiguillo frecuente del vocabulario maradoniano, con esta sentencia.

Argentina, con Lionel Messi como estandarte, compartirá el Grupo D con la novata Islandia, ante la cual debutará el 16 de junio en la capital rusa. También con Croacia, probablemente el segundo equipo más fuerte de la zona, y Nigeria, un viejo conocido en mundiales que hace un par de semanas le dio una paliza en un amistoso.

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Campeón mundial en 1978 y 1986, y finalista del último Mundial en Brasil, la cátedra supone que los argentinos deberían clasificar primeros en su zona. El problema es que el equipo de Sampaoli es una gran incógnita. Tiene a Messi, pero faltan interlocutores.

“Este debe ser su Mundial. Lo veo bien a Messi. Con ganas. Depende del trabajo de Sampaoli. Sólo no pude. Tal vez te gane un partido, pero no un campeonato”, dijo a la AP Mario Alberto Kempes, artillero del seleccionado argentino campeón del mundo en 1978 y ahora comentarista de la cadena ESPN.

“Sampaoli lleva cuatro partidos.... ha mejorado y tiene seis meses por delante, podrá mirar jugadores”, agregó el Matador Kempes.

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El técnico asumió este año para dirigir los últimos cuatro partidos de las eliminatorias sudamericanas, cuando todavía la clasificación no estaba asegurada. Se alcanzaría recién en el cierre ante Ecuador, con una actuación memorable de Messi.

Sampaoli completa en su breve historial cuatro amistosos, el último con derrota 4-2 ante Nigeria a principios de noviembre. Poco tiempo como para que el equipo adopte su sello: protagonista, presión sostenida y juego de posesión.

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Su mano más bien se notó con algunos cambios de piezas: el veterano Javier Mascherano abandonó el mediocampo, del cual fue propietario durante más de una década con el seleccionado, y pasó a la defensa. En la última línea, Gabriel Mercado se afianzó por el sector derecho. Del lado izquierdo, Marcos Acuña a veces como lateral y otras como volante.

Otra decisión fuerte de Sampaoli fue la convocatoria del artillero del Inter de Italia, Mauro Icardi, sobre quien se habían tejido sin fin de especulaciones sobre una supuesta proscripción en el seleccionado por asuntos personales. El técnico le dio la titularidad y dejó fuera de las convocatorias a Gonzalo Higuaín, dueño de la “9” argentina en los dos últimos mundiales.

También exploró con el goleador de Boca Juniors, Darío Benedetto. Pero Icardi no estuvo a la altura y Benedetto se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla. Este panorama le reabre las puertas a Higuaín, atacante de la Juventus de Italia, quien peleará titularidad con Sergio Agüero.

El mediocampo es otra deuda. Leandro Paredes, Ever Banega, Matías Kranevitter, Enzo Pérez, Eduardo Salvio, apellidos sobran pero ninguno con puesto asegurado.

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Sampaoli, además, ha reconocido que su mayor desafío es complementar a Messi con Paulo Dybala. La “Joya” de la Juventus admitió que le cuesta jugar junto a Messi porque se superponen.

Parecen demasiadas tareas en el haber a siete meses del Mundial. “Ojalá que tengamos en este tiempo la oportunidad de aprovecharlo y jugar mejor”, comentó Sampaoli tras el sorteo.

Argentina, subcampeón mundial en 2014, no registra antecedentes con Islandia. A Croacia le ganó 1-0 en Francia 1998. Con Nigeria registra victorias en cuatro enfrentamientos mundialistas en 1994, 2002, 2010 y 2014, siempre en fase de grupo.

“Este grupo va a ser muy competitivo y vamos a poner muy arriba la bandera de nuestro país”, prometió Sampaoli. “Sé con qué grupo cuento de jugadores, sé que tengo al mejor del mundo y al mejor de la historia (por Messi), ese es un aval más”. Y fue también el palo devuelto diplomaticamente a Maradona. (D)