Anthony de Ávila dejó un grato recuerdo en Barcelona porque fue protagonista en el equipo que clasificó a la final de la Copa Libertadores de 1998. No pudo el colombiano ganar ese torneo con los amarillos y el Pitufo lo sumó a su colección de subtítulos continentales (con América de Cali perdió las finales de 1985, 1986, 1987 y 1996). Pero el delantero tuvo otras satisfacciones, como sus ocho coronas nacionales con los caleños y la vuelta olímpica con los toreros, monarcas de 1997. Con 54 años, De Ávila recuerda sus campañas en Barcelona, las jornadas coperas de hace 19 años y a varios de sus excompañeros, que ahora ocupan los máximos cargos en el club. A este Diario, De Ávila –bimundialista con su país– le dijo que desea que los canarios no bajen los brazos.