En 1990 Carlos Luis Morales fue el primer guardameta de Barcelona en lucirse con inolvidables atajadas en una definición por penales en la Copa Libertadores. El célebre Pestañita tiene el récord de triunfos en esas dramáticas series: tres.

‘¡Barcelona eres grande!’, tituló este Diario el 17 de mayo de hace 27 años cuando “el excelente arquero Morales” detuvo los cobros de José Medrano y Milton Melgar, de Oriente Petrolero, para vencer 5-4 y asegurarse en Santa Cruz de la Sierra el tercer lugar del Grupo 1 y el boleto a octavos. “Se ha dado un gran paso en esta Copa”, anticipó EL UNIVERSO.

Y ese “gran paso” y la consagración absoluta de Morales llegaron el 12 de septiembre de 1990, al deshacerse los canarios de River Plate, por penales tras un 1-1 global. ‘Barcelona gran finalista’, indicó este rotativo, que agregó: “Morales, héroe de la jornada. ¡Qué partido, qué jugadas y qué emociones las que se vivieron en el Monumental!”. Del “artífice del triunfo” resaltó “las intervenciones felinas del mejor jugador de nuestro país en la actualidad. Está en la cúspide de su carrera deportiva”.

Publicidad

La parada clave de Morales a José Tiburcio Serrizuela está para siempre entre las imágenes más icónicas de las grandes victorias barcelonistas.

Pero antes, sin necesidad de tandas de penas máximas, Morales detuvo dos penales en partidos resueltos en  90 minutos. El primero fue el 29 de agosto de 1990, en los cuartos de final de vuelta contra Emelec. El portero amarillo frustró a Carlos Gerardo Russo, zaguero argentino de los azues, cuyo violento impacto fue bloquedao por Pestañita. Luego, Manuel Uquillas marcó el gol del 1-0, el de la clasificación a semifinales. Sin embargo, con su atajada Morales fijó el destino de Barcelona. Y el 5 de septiembre, en Buenos Aires, otra vez gracias a Morales Barcelona empezó a decidir su paso a la final de la Libertadores de 1990. River Plate venció 1-0 en la ida, pero un penal detenido a Serrizuela hizo que la derrota ante el club argentino sea por la mínima diferencia. Con la victoria 1-0 en Guayaquil, ese tiro desviado por el inolvidable arquero canario representó que el global sea de 1-1 y que la historiase resolviera a favor de Barcelona en la serie de penales.

El 20 de mayo de 1992 los toreros clasificaron épicamente a semifinales al despachar a Cerro Porteño (global 2-2), en Asunción. Miguel Sanabria fue la víctima de un joven José Francisco Cevallos, de 21 años, y Barcelona venció 4-3. Cerro chocó de nuevo contra las manos de Pepe Pancho el 16 de julio de 1998. ‘Cevallos, otra vez héroe en Paraguay’, refirió este Diario y elogió las “excepcionales atajadas” del portero en la tanda ganada 4-3. Barcelona llegó así a su segunda final de la Libertadores al detener Cevallos los disparos de Justo Javier Meza, Sergio Recalde y Fabián Caballero (2-2 fue el global).

Publicidad

El miércoles anterior Máximo Banguera desvió los tiros de Bruno Enrique y Egidio, del Palmeiras, e instaló a su club en cuartos. Solo en el 2004, contra Once Caldas, Barcelona perdió una definición en la Copa (4-2), con Edwin Villafuerte en el arco. (D)