Después de dos años de campeones flacos (San Lorenzo y River) y de algunos otros discretos, Nacional de Medellín volvió a subir la vara. Y la puso tan alta que se entreveró con los mejores campeones de Libertadores de todos los tiempos. San Lorenzo no remató al arco en la final que lo consagró en 2014, lo cual lo retrata como equipo, y River 2015 fue uno de los vencedores más famélicos de la historia: sólo 5 triunfos en 14 partidos. La mediocre (cuando no corrupta) organización del fútbol sudamericano, que favorece el éxodo constante de figuras, empobreció la Copa. Y ya nos estábamos habituando a esa chatura espiritual y estética cuando apareció este Nacional de Medellín de Reinaldo Rueda y le devolvió brillo, la dejó reluciente.