La suspensión o marginación de directivos, por parte de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), en la presidencia de Luis Chiriboga, tuvo su primer capítulo por una polémica con Galo Roggiero (+), su antecesor. En 1998, tras ser declarado persona no grata por la FEF, Roggiero planteó una demanda contra Chiriboga por injurias. En el 2000, el demandado fue condenado a tres meses de prisión en suspenso (sin cárcel, por no tener antecedentes penales) y a pagar $ 80.000.