Pekín aspira cambiar el actual orden mundial, que considera hegemónico para EE.UU. y excluyente para China.
Es paradójico que en ciertos ámbitos latinoamericanos incomoden las exigencias y estándares europeos, pero no los de Pekín.
...muchos son ajenos al hecho de que en el lenguaje político de Pekín la amistad siempre es estratégica, no personal.