“La mujer de China”. Es así como muchos definen a Peng Liyuan desde que en marzo acompañó a su esposo, el presidente Xi Jinping, en su primera gira internacional por cuatro países.

Vistiendo un abrigo oscuro de botones cruzados y una bufanda azul que hacía juego con la también azulada corbata de su esposo, causó sensación entre los ciudadanos asiáticos, que elogiaron su elegancia y la compararon con Michelle Obama, primera dama estadounidense, y Carla Bruni, exprimera dama de Francia y esposa de Nicolás Sarkozy.

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El pasado 6 de abril, también dejó relucir su buen gusto cuando vistió un traje sastre gris que contrastaba con la pañoleta celeste que llevaba en su cuello durante la visita del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a Shaya, China.

Contrario al escaso interés que entre los chinos ha generado el nombramiento de Xi como presidente –porque su ascenso se sabía desde hace un lustro–, la figura de Liyuan, de 51 años, ha desatado la admiración de la prensa. El diario Nuevo Beijing la situó en su portada y el South China Morning Post ha buscado a referentes de la moda para que alaben sus atuendos.

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Desde aquella visita a Rusia, los elogios sobre la elegancia de la soprano también inundaron los foros de internet chinos. “Por fin tenemos una primera dama presentable en la República Popular”, aseguró un internauta, mientras otros destacaban que el estilo de la cantante está a años luz de sus antecesoras Liu Yongqing y Wang Yeping (las esposas de los anteriores presidentes Hu Jintao y Jiang Zemin).

Liyuan, militar y cantante de ópera, reconocida en China por su voz aguda y sus folclóricas canciones patrióticas, ha deslumbrado otra vez al público en su país y en el extranjero.

En 1983, ella se convirtió en una superestrella cuando cantó en el primer festival televisado del Año Nuevo chino, una exitosa gala televisiva comparable con el Super Bowl en Estados Unidos. Tres años después, conoció al actual presidente.

Pero la nueva primera dama dejó de presentarse en el festival y desapareció discretamente de los escenarios televisivos en el 2008, cuando Xi fue electo vicepresidente del país durante el mandato de Hu Jintao. Un año antes había sido promovido al máximo nivel del Partido Comunista, convirtiéndolo en el futuro líder de China.

La posesión de su esposo como primer mandatario generó que Liyuan, quien se ha dedicado los últimos años a actividades y causas benéficas (es embajadora de la Organización Mundial de la Salud contra el VIH), retome su estatus de celebridad, convirtiéndose en una sensación en medios de su país natal y en internet.

Directores de orquesta, cantantes y músicos de la comunidad operística de China pidieron a la nueva primera dama del país que no abandone el mundo de la ópera, pese a sus nuevas obligaciones. Melómanos como el director Li Xincao, al frente de la orquesta que en el 2007 acompañó a Liyuan en un concierto ofrecido en el Kremlin moscovita, señalaron al diario South China Morning Post que sería una gran pérdida que ella deje de cantar.

En tanto, las chinas que quieren estar a la moda acuden en masa a las tiendas como Exception, en donde Liyuan suele elegir sus atuendos. Esto aumentó la popularidad de las marcas de moda del país asiático.

Ella hasta parece haber tenido una influencia positiva en la imagen de su esposo, quien según los medios de comunicación chinos, es el único político comunista que sabe “vestir bien” desde la época del primer ministro Zhou Enlai.

Peng Liyuan

Nació en una familia de artistas en la provincia de Shandong.

A los 14 años ingresó a la Shandong University of Arts. Fue una de las primeras cantantes en China que obtuvo una maestría en Música étnica tradicional.

A los 18 años entró al Ejército Popular de Liberación (EPL). Actualmente es miembro civil.

Es presidenta de la compañía de actuaciones artísticas del departamento político del EPL.