Un año antes de que Letizia Ortiz conociera al príncipe Felipe, la princesa se quedó embarazada y abortó. El primo de la experiodista, David Rocasolano, se encargó, a petición de los futuros reyes de España, de recuperar el expediente con los detalles de la intervención y de quemarlo en el fregadero de su casa para evitar que los monarcas, Juan Carlos y Sofía, y la opinión pública conocieran uno de los episodios más comprometedores de la mujer que dos meses después se convertiría en esposa del sucesor de la Corona.