El estudio Disney rescató una obra nunca escrita para llevar de nuevo al espectador al colorido mundo de Oz, creado por Lyman Frank Baum a principios del siglo pasado, y concibió Oz el poderoso (Oz The Great and Powerful), la historia sobre cómo se forjó la leyenda del famoso mago del cuento.
En su vida literaria Baum firmó 14 obras basadas en esa tierra mítica recorrida por un camino de baldosas amarillas y con una ciudad de esmeralda, una serie que comenzó con El maravilloso mago de Oz y que inmortalizó Metro Goldwyn Mayer en la gran pantalla en 1939 con un musical que protagonizó Judy Garland y ganó dos premios Óscar.
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Lo que Baum nunca contó fue cómo llegó el mago a convertirse en ese ser idealizado y todopoderoso, al que tiempo después Dorothy, el león, el espantapájaros y el hombre de hojalata irían a buscar desesperadamente para pedir ayuda. Esa laguna es la que ha querido llenar Disney con esta película.
Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire echaron mano de la imaginación y elementos que aparecen en los textos de Baum para dar forma al guion de Oz el poderoso y el director de Spider-Man, Sam Raimi, tomó las riendas del proyecto.
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“Mi objetivo nunca fue poner mi sello en el material”, explicó Raimi, quien insistió que trató de estar a la altura de la obra original de Baum y ser justo con los personajes. Al igual que en la cinta de 1939, Oz el poderoso comienza en Kansas con tonos sepias y se torna en un espectáculo de color cuando la acción se traslada a Oz.
James Franco encarna al personaje principal, un prestidigitador de circo de pueblo que sobrevive con trucos y engaños, egocéntrico y con grandes aspiraciones, que se ve absorbido por un tornado cuando trata de huir en globo de un hombre furioso que lo persigue.
Este antihéroe llamado Oz se encontrará a sí mismo cuando el destino lo envía a un mundo de fantasía que lleva su nombre y donde necesitan con urgencia que alguien ponga coto a las actividades de unas maléficas brujas que interpretan las actrices Rachel Weisz y Mila Kunis. A diferencia de El Mago de Oz, Oz el poderoso no es un musical y fue rodado en tres dimensiones en una filmación para la que se construyeron decorados reales y que supuso el mayor desafío en la carrera de Sam Raimi, hasta la fecha, debido a las exigencias visuales.
“Es mi primera película en 3D y no me lo pasé bien realmente trabajando” en ese formato, comentó Raimi que tuvo que aprender de cero la técnica que lo limitó en movimientos de cámara y requirió la fabricación de sets de luces específicos.
“Quería que la audiencia entrara en ese mundo", afirmó decidido el director que apostó por incluir secuencias en las que las tres dimensiones, más allá de un elemento de profundidad, adquirían un papel protagonista para generar la sensación de caída libre o crear la ilusión de que los objetos salían de la pantalla.
La película debutó ayer en Estados Unidos y Ecuador, y se suma a la tendencia predominante en Hollywood donde, tras el éxito de la última versión de Alicia en el país de las maravillas (2010), las adaptaciones de cuentos infantiles son la nueva moda.
Los filmes Red Riding Hood, Mirror Mirror y Snow White and the Huntsman, ya tuvieron su momento en el 2011 y el 2012, y en lo que va del año Hansel and Gretel: Witch Hunters y Jack the Giant Slayer ya han hecho acto de presencia en las carteleras.
Un baile cinematográfico al que no querrá faltar la Bella Durmiente, cuya historia volverá a ser contada en el 2014 desde la perspectiva de la bruja que encarnará la actriz Angelina Jolie en Maleficent.
Director- Sam Raimi
Origen- Estados Unidos
Duración- 130 Minutos
Género- Fantástico
Intérpretes- James Franco, Mila Kunis, Michelle Williams, Rachel Weisz, Zach Braff, Abigail Spencer, Joey King