EFE
QUITO.- Durante tres horas, hasta el toque de la medianoche con el que cerró el viernes, no hubo cenicientas en el coliseo Rumiñahui de Quito, hubo gente de pie, aunada y especial, que vibró con el dúo improbable de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, dos cantantes que hicieron pedazos la rutina.