AGENCIAS-REDACCIÓN
.- Árboles frondosos caían sobre las casas, destrozándolas e hiriendo y matando a varios de sus habitantes. Entre la noche del lunes y el martes que pasó, el nivel del mar y de los ríos subió en minutos, inundando a ciudades de Estados Unidos consideradas principales por sus movimientos económicos, como Nueva York. También a zonas de Nueva Jersey, como Atlantic City, una de las capitales de los casinos.

Carros flotando en las vías; el colapso de los sistemas de transporte y de energía eléctrica; hospitales, barrios y perímetros populares –como la Gran Manzana– anegados. Eran ciudades enteras convertidas en pueblos fantasmas por el paso de la megatormenta Sandy –catalogada en sus inicios como huracán– por las costas del este de EE.UU., que dejó más de 100 muertos y daños por miles de millones de dólares.

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La tormenta y la fuerza de los vientos eran extremas. Nunca antes visto, decían los habitantes de estas localidades. El escenario posterior al paso de Sandy era similar a las fotos de Londres luego de la Segunda Guerra Mundial, manifestaba un senador neoyorquino.

La fuerza e intensidad de estos fenómenos son apenas las señales del cambio climático en el planeta, que en el futuro serán más graves, según expertos ambientales de varias organizaciones en el mundo.

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El cambio climático no fue el causante directo del huracán Sandy, pero sí hizo que sus efectos fueran entre el 5% y el 10% más fuertes de lo que usualmente se espera de una tormenta con las características iniciales de Sandy. Así creen científicos como Kevin Trenberth, director de Análisis Climático del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de EE.UU. (NCAR).

Una temperatura mayor del agua (del mar y de los ríos), las olas más grandes y las lluvias más fuertes, a consecuencia de la contaminación generada por el hombre, son parte de las alteraciones del clima, dicen los expertos en medioambiente.

Kevin Trenberth, quien lidera investigaciones científicas sobre la relación entre el cambio climático y los eventos meteorológicos extremos, asegura que a Sandy se lo puede calificar como histórico, por elevar también la temperatura del mar hasta 2 grados. Eso se traduce en el 10% más de agua evaporada, que alimentó a la tormenta, y, en consecuencia, en el 20% más de lluvia de lo que cabría esperar, agrega el experto.

“Decir que esta tormenta es entre el 5% y el 10% más severa por el cambio climático puede parecer poca cosa, pero ese porcentaje es tremendamente significativo y representa un tanto por ciento adicional que suele ser la gota que colma el vaso y que hace que las consecuencias puedan ser devastadoras”, menciona Trenberth.

Un estudio de la Academia de Ciencias de EE.UU., publicado el mes pasado, sobre la relación entre el cambio climático y el aumento de la fuerza de los huracanes, concluye que las temporadas ciclónicas de los años cálidos han sido más activas que las de los años fríos. Los científicos argumentan su aseveración tras la reconstrucción de las variaciones del mar en el Golfo de México desde 1923.

Según la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU., el número de huracanes de mayor intensidad ha aumentado en el Atlántico Norte, donde se inició Sandy.

A su paso, el huracán –que se mezcló con otros fenómenos como ciclones procedentes del oeste de EE.UU. y un sistema de aire del Ártico– dejó muertes por países del Caribe, como Haití y Cuba. También llegó a Canadá, pero sus efectos ahí han sido menos devastadores.

Pero Sandy no es el único que ha causado alarma entre la comunidad científica. Se suma el temporal del lunes en Argentina, cuyas fuertes lluvias provocaron inundaciones de avenidas y la suspensión temporal de los servicios de transporte masivo, como trenes y el metro.

A esto, los ambientalistas suman la desaparición acelerada de las masas de hielo del Ártico, que este año batieron récords, y el aumento del nivel del mar que, dicen, puede afectar a las islas del Pacífico sur.

Estos temas fueron tratados en la cita Interclima 2012, que se realizó en Perú en esta semana, la cual reunió a más de 100 especialistas de países como Reino Unido, México, EE.UU., Colombia, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Suiza, Holanda, Chile y Perú.

Ahí, el biólogo mexicano Adrián Fernández, del Instituto Nacional de Ecología de esta nación, recalcó que dentro de 50 u 80 años habrá que dibujar una nueva geografía de los países del mundo, muy diferente a la actual.

“Este huracán Sandy y la tormenta en Argentina son una gran llamada de alerta, y aunque suene un poco catastrófico, la verdad es que los impactos ya están siendo muy graves y pueden ser más serios a futuro”, aseguró Fernández.

El británico Nicholas Stern, experto ambiental, cree que ignorar los efectos del cambio climático traerá como resultado el incremento de la temperatura del planeta.

Las consecuencias también se ven de cerca en Sudamérica. Por ejemplo, Perú perdió más del 22% de sus glaciales en años recientes, indica el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico de ese país (Ceplan). Esta cifra equivale a 7.000 millones de metros cúbicos (de agua) que podrían consumir los habitantes de Lima en diez años.

El cambio climático puede provocar en el 2050 una caída del 13% en el rendimiento de los cultivos de trigo en países en desarrollo, una bajada que sería del 15% para los sembríos de arroz y de entre el 10% y el 20% para los de maíz en naciones como las africanas, estiman los cálculos de informes que el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) difundió esta semana en Dinamarca.

Ahí se expuso que la producción agrícola y alimentaria supone hasta el 29% de las emisiones globales de gases invernadero para la atmósfera. Una de las áreas de investigación del CGIAR señala que cada año la producción agrícola y de alimentos emite 17.000 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2), una cifra mayor que las de anteriores estimaciones.

Además, el calentamiento no solo intensificaría las tormentas y sequías en el futuro, sino que las haría más frecuentes.

“Estos eventos no ocurrirán siempre en el mismo lugar. Se irán desplazando y su ubicación geográfica dependerá del fenómeno climático El Niño, que calienta extraordinariamente las aguas del Pacífico tropical y que puede crear patrones meteorológicos con consecuencias globales”, agrega el científico Kevin Trenberth.

El Niño provocó una fuerte sequía en Australia en el 2009, que fue acompañada de una ola de calor y de grandes incendios; en el 2010, la nación afectada fue Rusia; en el 2011, el sur de EE.UU.; y en 2012, la zona central de Norteamérica, que ha batido récords de altas temperaturas e incendios.

Expertos como el español Ángel Rivera mencionan que Sandy tenía categoría 1 (Katrina, que era considerada la más destructora, fue de clase 5).

Detalles: Daños al ambiente
Destrucción ecológica
Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron el 3% por año en la última década, según informes científicos expuestos en la denominada Cumbre Río+20 de junio pasado.

La deforestación es la tercera causa de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), considerado causante del cambio climático. Le siguen la generación de energía y las actividades industriales.