EFE
MADRID, España.- Ochenta retratos de grandes maestros del siglo XX como Picasso, Bacon o
Matisse han dejado provisionalmente su lugar habitual en las salas del
Centro Pompidou de París para instalarse en la Fundación Mapfre y
brindar a sus visitantes un deslumbrante paseo por la historia de este
género artístico.

"Autorretrato", de Francis Bacon; "Dédie", de Modigliani; "Busto de
mujer", de Pablo Picasso, o "Dora Maar", de Antonio Saura, son sólo
algunas de las obras incluidas en la muestra "Retratos. Obras maestras",
que se inaugura mañana y que permanecerá en la Sala Recoletos hasta el 6
de enero.

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La exposición, comisariada por Jean-Michel Bouhours, conservador del
Museo Nacional de Arte Moderno-Centro Pompidou, abarca un periodo
cronológico que se inicia con el retrato de "Erik Satie", realizado por
Suzanne Valadon entre 1892-93, y concluye con "The Moroccan", de John
Currin
(2001).

Entre los artistas representados, muchas de cuyas icónicas obras se ven
por primera vez en España, destacan, entre otros, además de Picasso,
Bacon o Matisse, Robert Delaunay, Jean Dubuffet, Joan Miró, Georges
Braque, René Magritte o Ignacio Zuloaga.

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Sacar a las obras de su contexto habitual en el Centre Pompidou ofrece
una "lectura distinta" de las mismas y también un nuevo "juego de
miradas" entre los visitantes y los personajes retratados por los
grandes artistas del siglo XX, según Bouhours.

Las ochenta obras recorren, según el comisario de la muestra, "buena
parte" de la pintura del siglo XX, desde el post-impresionismo y el
fauvismo hasta el movimiento cercano al pop art.

Así, el recorrido permite apreciar los cambios de estilo y forma
experimentados en el retrato a lo largo del siglo, en paralelo a la
exploración de la esencia humana por parte de los artistas, y se inicia
con una galería de retratos de personajes del Montmartre de 1900 que
indagan la cara oculta de la personalidad humana.

Dan fe de ese movimiento, cercano al psicoanálisis, las ojeras de las
mujeres de Auguste Chabaud, la negrura de rasgos de Alexej von
Jawlensky, la melancolía de "Dédie" de Modigliani o la mirada errante
del botones de Chaïm Soutine o del poeta de Marc Chagall, encuadradas
todas ellas en el apartado "Los misterios del alma".

Dentro del capítulo de Autorretratos, en el que los artistas se
adentraban en los rincones más profundos de su personalidad, se pueden
encontrar emblemas de la pintura del siglo XX, como los de Henri
Matisse, Frances Bacon, Van Dogen, Vlaminck o Pougny.

La escultura "La musa dormida", de Brancusi; el "Retrato de la Sra.
Heim", de Robert Delaunay, o la cabeza "El túnel", de Julio González son
claros exponentes del movimiento artístico que aisla el rostro respecto
del cuerpo, del que también forman parte Juan Gris o Pablo Gargallo.

En el apartado dedicado a la imperfección del rostro destacan las
mujeres pintadas por el malagueño Pablo Picasso, aunque no es el único
ejemplo de este arte, en el que también se pueden encuadrar el
autorretrato de Gino Severini y otras piezas presentes en la muestra
como el sobrecogedor retrato de "Caroline" pintado por Alberto
Giacometti
.

El recorrido de la exposición concluye con la relación entre pintura y
fotografía, con sobresalientes ejemplos como "Kizette en el balcón", de
Tamara de Lempicka, el emblemático "Retrato de mujer" de Pablo Picasso o
"Roger y su hijo", de Balthus.

El director general de la Fundación Mapfre, Pablo Jiménez Burillo,
recordó que el Pompidou es el museo de arte contemporáneo "más
importante de Europa" y que el mismo concentra gran parte "del
patrimonio de la historia del siglo XX".

"Retratos" ofrece, en su opinión, un "juego de miradas" entre los
artistas y sus espectadores en un momento en el que la solidaridad "es
más necesaria que nunca" y en el que sería "oportuna" una reflexión
"cómo nos vemos y cómo nos ven los demás".