Por Torffe Quintero Touma<br /><a href="mailto:entv.torffe@gmail.com">entv.torffe@gmail.com</a>.- Lo que menos sorprende de Sorprendente es el hecho noticioso.Lo importante de este espacio televisivo que trata la crónica roja y logra provocar más de alguna risotada del espectador, es el cómo se cuenta, el con cuántos insultos, gritos, epítetos, fanfarrias y redoble de tambores se decora el escenario, se forma el preámbulo y finalmente se ‘lanza’ la noticia.Noticia que se cuenta de principio a fin, como si de culebrón venezolano se tratara.En esa narración caben los comentarios, las opiniones, pero sobre todo, los juicios.Tanto Mauricio Ayora, Jonathan Carrera y Carla Sala cumplen su papel a carta cabal: juzgar al culpable, hacer leña del árbol caído.En pocas palabras, otorgar una visión extremadamente parcializada de la situación.Nada de equilibrio por ninguna parte, aquí no hay derecho a réplica, se trata el asunto como hecho consumado, no se habla de presuntos ni de supuestos, aun cuando tampoco existe resolución legal del conflicto.Es decir, en Sorprendente los acusados del caso son culpables sin juicio justo.Entiéndaseme bien, estimado lector, no estoy defendiendo lo indefendible, yo también me lleno de rabia si escucho que un padre violó a su pequeña hija, soy humana; pero como periodista no puedo ni debo (porque no me compete, porque no es mi función) expresar públicamente mi opinión, para comunicar e informar acerca del hecho acontecido.Sí, el show tiene rating, indiscutiblemente, porque está bien montado desde una perspectiva de luces, cámaras y acción; pero ¿hasta cuándo nos venden eso con el subtítulo de periodismo?Emisión: RTS, lunes a viernes, 19:00.