Parece una cometa, pero en el mar. Abre las aletas y empieza a desplazarse por las profundidades del océano verde azulado. Su imagen se asemeja a la de un murciélago en pleno vuelo.
Muestra su dorso completo. Es negra por un lado y blanca con manchas y rayas por el otro. Intenta zafarse de un pez que está pegado en una de las aletas. Hace varios movimientos para conseguirlo, pero sin éxito.
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Otros peces más pequeños se le acercan a limpiarle el cuerpo. Es una manta raya gigante, que nada sin apuro en las aguas de la isla de La Plata, en Puerto López, cantón de Manabí. Es lunes 27 de agosto.
El agua es fría en esta época. Pero esa condición del mar le agrada a la manta, la clase de raya más grande del mundo.
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En el planeta hay dos especies de mantas. La una es la de arrecife, de nombre científico Manta alfredi, y la otra, la gigante, se llama Manta birostris. Esta última es migratoria y la que se ve en el país, sobre todo en la isla de La Plata. Su estadía va desde junio hasta octubre. A veces llega un poco antes, indica Michel Guerrero, biólogo ecuatoriano que estudia a esta clase de pez.
Él es uno de los investigadores del proyecto Mantas-Ecuador, que empezó en noviembre pasado para elaborar estudios científicos sobre esta especie que vive pocos meses en el país. Están en la fase inicial de la propuesta, agrega el ecuatoriano.
(Video de Michel Guerrero)
Andrea Marshall, la científica estadounidense que identificó a la Manta birostris mientras elaboraba su investigación doctoral sobre la alfredi, es la cofundadora de Mantas-Ecuador. Antes lideró –con Guerrero y su grupo– otros estudios.
La experta en mantas gigantes está en el cantón manabita por tercer año consecutivo para realizar tomas de muestras y luego examinarlas. Con eso se tendrán más datos científicos.
Marshall llegó el 18 de agosto y prevé estar en Ecuador hasta el 10 de octubre. Ella y un equipo de investigadores –nacionales y extranjeros– salen a diario a la isla de La Plata para el trabajo de campo, que consiste en hacer fotografías, estimaciones de la población y colocar dispositivos satelitales.
También tomarán muestras de ADN, que serán enviadas a Inglaterra para su análisis genético, y de la mucosidad que cubre la piel de las mantas, la cual irá a EE.UU.
A Marshall, quien ha concentrado sus estudios en las mantas, le interesa descubrir, de manera especial, los porqués de la llegada de las mantas gigantes a la costa de Ecuador, a Manabí, y para qué. También quiere conocer hacia dónde se mueven luego de su paso por el país.
“Se sabe que migran hacia el oeste y hacia el sur (de Ecuador). Conocemos que se mueven a Perú. Pero se necesitan más investigaciones para saber hacia dónde se están moviendo y en qué otra parte de Ecuador se las ve”, menciona Marshall.
Desde hace tres años, la científica coloca dispositivos satelitales en el país, a través de un programa global. Se han puesto nueve. En el 2010 fueron tres; en el 2011, dos; y en este año, cuatro. Esto hace que Ecuador lidere los temas de investigación sobre las mantas rayas gigantes, dice la científica.
Con los dispositivos han observado cómo las mantas gigantes tienen desplazamientos más rápidos de lo que se tenía registrado. Y esta especie en Ecuador se ha sumergido a más de 1.000 metros.
En este año, los investigadores observaron a una población variada de mantas gigantes. Hay machos y hembras. Y una incluso estaba preñada.
Según Marshall, se diferencia a las mantas entre juveniles y adultas por el tamaño. No se puede hablar aún de la edad que tendrían. Estas gigantes llegan a medir hasta ocho metros de largo. Pero la mayoría son de entre seis y siete metros. Tampoco se puede especificar el peso, pero estarían sobre una tonelada, agrega la científica.
El tamaño de las mantas gigantes en Ecuador atrae en esta temporada a turistas nacionales y extranjeros, quienes aspiran a verlas de cerca, a través del buceo, como hicieron Luis Rodríguez, Teresa Castillo y Gonzalo Risco, tres peruanos que pudieron sumergirse en el mar, en los últimos días de agosto, con la doctora Marshall.
“Hoy hemos tenido experiencias con mantas rayas más pequeñas. Pero ayer (domingo) buceamos con una manta raya de unos 6 metros. A ella le gustó estar con nosotros. Fue increíble. Por abajo era blanca, blanca, blanca. Tenía un montón de rémoras o pececitos que la seguían. Era muy linda”, cuenta emocionada Castillo.
“Acá las mantas llegan para hacer una limpieza de su piel. Ellas se acercan de manera muy pacífica a los arrecifes, que son muy bonitos, y los peces pequeños les empiezan a limpiar las bacterias de la piel”, relata Risco, quien agrega que esta especie es muy amigable. A él le faltó aire, dice, para seguir buceando con esta clase de raya.
Las mantas son inofensivas, indica Guerrero. No poseen dientes ni aguijones. Tienen una sola cría al año.
Esta especie pasó el año anterior de la categoría ‘Casi amenazada’ a ‘Vulnerable’, en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Es decir, está en mayor riesgo de extinción.
Por eso, a Marshall le entristece ver que aún no se dan cambios en las formas de la pesca artesanal, pues las mantas y otras especies tienden a quedarse atrapadas en las redes y anzuelos. Esto y la caza ilegal son las principales amenazas de estas gigantes en el mundo.
El programa tiene el apoyo del Instituto de Investigaciones Marinas (Nazca), así como de Marine Megafauna Foundation (Fundación Marina de Megafauna), que aporta con especialistas extranjeros, quienes trabajan con los ecuatorianos.
Michel Guerrero, Juan Manuel Álava y María Gloria Landázuri lideran el programa en Ecuador, que tiene el respaldo de la Embajada británica.
Registros de científicos indican que las mantas rayas están en países africanos, como Mozambique; en asiáticos como Tailandia; y en latinos, como México, Argentina y Perú.