Hoy, con la presencia de sus padres, Julia Jaramillo y Aurelio Páramo, que debían llegar anoche desde España, Julia Maricela y Moraima Alexandra serán sepultadas en el cementerio Municipal de la ciudad.

Las jóvenes, nacidas en el cantón El Tambo, provincia del Cañar, fueron asesinadas el pasado sábado en una vivienda ubicada en la urbanización Villa Bella, ciudadela Tomebamba. Informes policiales revelan que hubo violencia en las muertes, pero las seguridades de la casa no habían sido forzadas.

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En la necropsia se determinó que Julia Maricela, de 22 años, fue estrangulada; mientras que hermana Moraima Alexandra, de 24, recibió golpes en la cabeza. El cadáver de la menor de ellas fue hallado completamente calcinado sobre la cama, en el segundo piso de la vivienda; y el otro en la sala, semidesnudo, con signos de violencia.

Familiares de las jóvenes manifestaron que desconocen la causa del doble crimen, ya que eran estudiantes y no tenían problemas con nadie. En la sala de la casa encontraron el sillón quemado y copas con alcohol, por lo que presumen que los implicados en el asesinato eran conocidos por las víctimas.

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Germán Cevallos, jefe de la Policía Judicial (PJ), dijo que un equipo de agentes retornó a la casa y recolectó más indicios. En la primera planta, donde se encontró uno de los cadáveres, los adornos y otros objetos estaban rotos, por lo que se presume ahí hubo forcejeo. El sillón se incineró completamente, pero no el cadáver.

En las otras habitaciones encontraron más evidencias, que no se revelaron, porque el proceso está en indagación previa. Presumen que los asesinos intentaron eliminar las evidencias al provocar el incendio.

Durante los funerales un allegado dijo que las hermanas preveían salir con amigos a un centro de diversión el viernes por la noche, pero desconoce si la cita se concretó. La abuela materna, la primera que supo del incendió, recordó que Moraima se graduó como chef, hacía sus prácticas en un hotel, y quería hacer un posgrado en España, en donde residen sus progenitores Julia Jaramillo y Aurelio Páramo, desde hace seis años.

La menor de ellas estudiaba Jurisprudencia en la Universidad del Azuay. Cuando sus padres emigraron fueron a vivir solas a la casa donde las asesinaron, aunque en noviembre pasado la madre las visitó. Hoy regresa para sepultarlas.