Sus inicios en la música fueron como intérprete de baladas, género que le atrajo desde jovencito, según dice, porque es “un romántico empedernido”. Con los años, y una vez afianzada su vocación artística, el ecuatoriano Roberto Rodríguez hizo suya la salsa, ritmo que abrazó sin dejar por eso de cantarle “al amor, a la mujer, al sentimiento y a las relaciones donde la pasión es medular”.