QUITO
.- La última operación de pago o reestructuración de la deuda que mantiene el Gobierno frente al IESS y que fue acordada el jueves pasado en la Presidencia de la República, no convence a analistas y a un exfuncionario del propio régimen.

De acuerdo con el convenio firmado entre el presidente del Consejo Directivo del IESS, Ramiro González, y el ministro de Finanzas, Patricio Rivera, el Ministerio paga $ 1.556,3 millones, pero de manera mixta. Un tramo en efectivo por $ 238 millones y $ 1.338,3 millones en bonos del Estado.

Estos papeles que se vencerán en doce años, tendrán un rendimiento del 7,5% y cinco años de gracia. Es decir, que en teoría no le correspondería a este Gobierno pagar el capital.

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Con este pago en bonos, el índice Deuda-PIB sube dos puntos, según el ministro Rivera, aunque para el funcionario esta cifra no es alarmante. Adicionalmente sube a 50,4% el porcentaje del peso de bonos del Estado en el portafolio de inversiones del Banco del IESS (Biess). Este porcentaje está dentro de los límites acordados por la Junta Bancaria, que subió a 75% el tope permitido.

El pago efectivo de $ 238 millones no cubre ni el 10% de la deuda total, que según un informe del 8 de marzo pasado, de la directora financiera de esta entidad, Olga Núñez Sánchez, es de $ 2.790 millones.

Para Fausto Ortiz, ex ministro de Finanzas, la duda que queda tras dicha operación es si fue legal o no, pues con el pago en bonos de la deuda interna, las pensiones de los jubilados del IESS se estarían pagando como gasto permanente con deuda.

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"En teoría, debería pagarse ese gasto con ingresos permanentes, lo cual no está sucediendo. El Gobierno está cayendo en atrasos para poder pagar con deuda algo que es en realidad gasto corriente".

Sobre el tema, el ministro de Finanzas, Patricio Rivera, señaló el mismo jueves que este tipo de operaciones se han dado siempre, incluso antes de que exista el Código de Planificación y Finanzas. "Estamos aplicando la ley ecuatoriana".

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Para Ortiz, al existir una Constitución que prohíbe expresamente pagar gasto permanente con ingreso no permanente se estaría incurriendo en una ilegalidad.

Manuel Vivanco, ex miembro del Consejo Directivo del IESS, cree que la operación financiera no debió ser aprobada por el Consejo Directivo del IESS, sino por el directorio del Biess. Lo que le corresponde al IESS, dijo, es establecer políticas, preceptos, líneas generales, pero no instrumentar operaciones.

Concentración

El incremento de la inversión del portafolio del Biess en bonos del Estado aumenta el riesgo de recuperación. Así opinó Manuel Vivanco, ex miembro del Consejo Directivo del IESS, para quien, toda institución financiera, grande o pequeña, debe operar con un concepto básico: diversificación de la cartera. Mirando a futuro, al mediano y largo plazo, podría suceder que las condiciones económicas de cualquier Gobierno no sean las más favorables, por la caída del precio del petróleo, por ejemplo, y en este sentido se verían en dificultades para honrar las deudas.

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Pago de deuda

En agosto del 2008 el Gobierno dispuso el pago al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de $ 888,3 millones por una deuda histórica que mantenían diversos gobiernos por el 40% de las pensiones de los jubilados. En el convenio de pago se comprometió a cancelar y financiar el déficit actuarial del sistema de pensiones del Seguro Social con corte al 31 de diciembre del 2007. Este monto debía determinarse sobre la base de los estudios actuariales que preveían entregarlos hasta el 31 de agosto del 2008. Estos dos últimos compromisos no se han cumplido.

Convenio

Luego de que el Gobierno saldó la deuda histórica con el IESS, los siguientes pagos no se volvieron a hacer. Tras generar una nueva acumulación de la deuda ($ 858,4 millones) el Gobierno firmó en julio del 2010, un nuevo convenio de pago. Este tampoco ha sido honrado en su totalidad, pues se vencieron varios pagos de interés. En esa ocasión, el convenio de pago fue firmado por el ministro Patricio Rivera y el director general del IESS, Fernando Guijarro, mientras que el presidente del Consejo del IESS, Ramiro González, fue testigo de honor.