Las pinturas quizás más famosas sobre el tema de Cupido con Venus son la ‘Venus del Espejo’ de Velázquez, la de Rubens y la de Tiziano. Pero, añade el profesor Elvira Barba, “tenemos cupidos por todo el mundo y muy célebres”. Cupido se erige en portador de todos los pensamientos que se han tenido sobre el amor a lo largo del tiempo “desde el Cupido contra un Sátiro que representa al amor civilizado peleándose contra la pasión salvaje, hasta el tema del amor sacro contra el amor profano, que representa el amor a Dios peleándose contra el amor carnal, así como tantos otros”, indica el catedrático.
Rodin, en el siglo XIX, prescinde de las alas de Cupido para realizar una bella escultura de amor en la que la pareja se funde en un hermoso beso inabarcable. Pero ese Cupido carece de alas, marcando una nueva visión del amor. “Rodin tiene unas mitologías muy personales, pero en la época del escultor francés ya se plantea la figura de Eros como el ser amado, es decir, se le pueden quitar las alas. Mientras que, desde el arcaísmo griego, había una cosa que caracterizara a Eros, que eran las alas, ya en el arte de los siglos XIX y XX, Cupido, frecuentemente, se termina convirtiendo en objeto amoroso”, indica Miguel Ángel Elvira.
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En resumen y a pesar de los tiempos y épocas, Cupido sigue siendo ese ángel alado por el que todo el mundo anhela ser herido por sus flechas y, sobre todo que sean acertadas.