Entra a su taller y comienza a olfatear la pintura. Y a saborear sus creaciones artísticas. Es como si entrara a la cocina, dice. Y es que en su taller tal como en la cocina, Marcelo Aguirre Belgrano combina sus ilusiones, sus sueños y obtiene como resultado un cuadro listo para exponerlo al público. “Nunca un cuadro está terminado; siempre le falta algo. Es como la comida: para el cocinero todo está a punto, pero para otros les falta sal, comino, ajo o decoración, en fin...”, afirma el pintor, mientras festeja su parodia.

Su taller, parte fundamental de una hermosa casa, ubicada en el tradicional barrio de La Floresta, al noroeste de Quito, muestra obras en proceso y también cuadros terminados, que el artista los observa sentado desde una silla que le trae los inolvidables recuerdos de su abuela, Bertha Vásconez.

“Esta silla me encanta. Yo le llamo el trono de mi abuela. Ella era una persona maravillosa. Me decía: tres cosas tienes que aprender en la vida: no espantarte de nada, morirte a tiempo y saber envejecer. Ella siempre me transmitió una chispa especial; se mostraba muy segura de sí misma”.

Publicidad

Marcelo Aguirre heredó la pintura de la vena artística de su madre, Josette Belgrano. Ella hizo talleres de pintura en París, Francia, e influyó para que su hijo, Marcelo, sienta desde muy niño, que lo suyo era este arte. Con ese estímulo consiguió también el apoyo de su padre, el diplomático Juan Manuel Aguirre.

“La señal para ser pintor me llegó cuando yo era adolescente (14 años; ahora tiene 55 años de edad) cuando leí la vida de Vincent van Gogh. Realmente me apasionó y comencé a admirar toda la obra de Van Gogh, a comprarme libros y comencé a tener mi primera colección de arte. La obra de Van Gogh fue la que me incentivó para dedicarme a la pintura”, cuenta.

Más tarde, cuando Aguirre estudiaba en un internado en Alemania, uno de sus profesores era artista, le gustaba el jazz y la pintura. Y con él organizaron un taller, con lo que el gusto por este arte quedó sellado.

Publicidad

Ahora, Aguirre está dedicado a tiempo completo a trabajar en este campo. Por estos días prepara una nueva exposición, titulada Paisajes, que se realizará en las instalaciones de Arte Actual de la Facultad Latinoamericana de Comunicación para América Latina (Flacso).

Para esta muestra, Aguirre presentará cuadros que se caracterizan por la mezcla de imágenes con textos, son leyendas que no necesariamente tienen que ver con el contenido de la obra. “En mi obra es un trabajo reciente. Juego con la imagen, con los paisajes que son realistas y en formato grande, creando atención con lo que se ve. A veces da sensación de estar en una carretera y se cruzan esos paisajes, pero en tu interior suceden otras realidades y otros pensamientos. Son recortes que se sobreponen en la pintura, que le da otra visualidad y otra tensión”, explica.

Publicidad

Aguirre afirma que para la exposición que se abrirá en estos días, exhibirá sus recientes obras, algunas de las cuales ya se mostraron en Cuenca y, además, realizará el lanzamiento de un libro de lujo, publicado a propósito de este evento.

Apuntes

La exposición se abrirá el próximo 8 de febrero y permanecerá hasta el 17 de febrero de 09:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00.

La muestra se llevará a cabo en las instalaciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso); la entrada será gratuita.

Publicidad

Marcelo Aguirre nació en Quito en 1956. Realizó estudios en el taller de Eduardo Serna, Argentina; en la Universidad Central de Quito, y en la Escuela Superior de Artes de Berlín.

Realizó su primera exposición en 1979, además participó entre 1986 y 2009 en 12 bienales internacionales de arte, y en ferias internacionales.

Recibió la condecoración Honorato Vásquez Gold Plate (1996); ganó el premio Marco, otorgado por el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (México) (1995), el primer premio en el Salón de Julio en Guayaquil (1995) y el premio Julio Le Parc, en la Segunda Bienal Internacional de Pintura en Cuenca (1989).

“Ella (la abuela) era una persona maravillosa. Me decía: tres cosas tienes que aprender en la vida: no espantarte de nada, morirte a tiempo y saber envejecer”.

“La señal para ser pintor me llegó cuando yo era adolescente (14 años); cuando leí la vida de Vincent van Gogh”.
Marcelo Aguirre