Cuando Babe llegó a la granja de Hoggett todo cambió para él y para los animales que habitaban en ella. Así se desarrolla la historia de Babe (1995), la primera cinta sobre el lechón, ganadora del Oscar en la categoría mejores efectos visuales.

En la película no hubo solo un cerdito protagonista, sino 48, pues los lechones crecen muy rápido. A ellos se los maquillaba y se les ponía pestañas postizas para adaptarlos mejor al rol de Babe conocido como el puerquito valiente. También se hicieron réplicas animatrónicas para lograr el efecto de que los mamíferos hablaban.

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Después del largometraje, que tuvo a 56 entrenadores en el set para manejar cerca de 1.000 animales, hubo la secuela Babe: pig in the city, aunque esta no recibió las apoteósicas críticas de la primera. La historia de Babe sigue latente por los valores que transmite, entre otros: amistad, esfuerzo y valentía.