El gobierno francés instó el pasado 14 de diciembre a decenas de miles de mujeres a retirar los implantes mamarios de la marca PIP (Poly Implants Prothses) tras conocerse de varios casos de cáncer al seno en mujeres que tenían las prótesis.

Aunque se descartó que estas causen la enfermedad, la marca es sospechosa de fallas en su estructura, pues las prótesis fueron fabricadas con un gel de silicona industrial por una empresa que exportó su producto a todo el mundo, incluido nuestro país.

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Debido a la alarma que originó la noticia, el organismo de Salud Pública de Chile ordenó el retiro de las prótesis PIP. Lo mismo ocurrió en Venezuela, Brasil, Argentina y Colombia, que además prohibieron la importación y comercialización de implantes mamarios PIP.

En Ecuador, Steticus, una clínica quiteña especializada en cirugía plástica, decidió retirar 220 implantes de esa marca debido a la preocupación que generó la noticia, y el Ministerio de Salud Pública suspendió el registro sanitario de las prótesis PIP porque tienen mayor riesgo de rotura. Se comprometió a realizar evaluaciones gratuitas de los implantes mamarios.

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El subsecretario de Vigilancia del Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP), Juan Moreira señaló que que los hospitales públicos brindarán chequeos gratuitos a las pacientes con implantes mamarios. Además, los cirujanos cambiarán gratuitamente las prótesis de las pacientes que se las hayan puesto con fines reconstructivos, y no estéticos.

El especialista en cirugía plástica Diego Tomás, quien usó las prótesis en operaciones, indica que todo implante se compone de material artificial y está sujeto a un desgaste dentro del tejido. “Es posible que con el paso del tiempo se pueda romper y su contenido se derrame si no se tienen los cuidados necesarios, provocando infección, mala cicatrización y hemorragias”, anota.

Aclara que no hay que confiarse. “Una prótesis no tiene por qué durar toda la vida, aunque no existe un periodo de caducidad exacto y no es obligatorio cambiarlas, es muy aconsejable hacerlo cada dos años”, señala.

Hay aspectos que se deben tomar en cuenta a la hora de pensar en una cirugía de senos. El cirujano plástico Pablo Aguirre señala, por ejemplo, el régimen de medicación (que dará el especialista a cada paciente, con antibióticos y otros remedios), las prendas de vestir inapropiadas, como blusas demasiado apretadas, y el esfuerzo físico no excesivo.

Después de la operación, que tiene una duración de entre dos y tres horas y se practica bajo anestesia general, Aguirre dice que deben transcurrir de 14 a 20 días para retirar los puntos, y luego de eso la paciente debe permanecer en la ciudad donde se realizó la operación, hasta que su médico evalué el estado final de sus senos.

La cirujana Lupe Moncayo señala que realizar una consulta completa previa a la operación es uno de los requisitos obligatorios antes de someterse a un implante, pues en esta se definirán “exámenes médicos que descarten enfermedades o condiciones que dificulten los buenos resultados”.

Estar alerta es otra de las recomendaciones de los especialistas: “Las mujeres pueden notar una reducción en el tamaño de la mama, dolor o hinchazón, que afectarán la sensibilidad del pezón y cicatrización deficiente, lo cual podría requerir cirugía adicional”, anota Moncayo.