“Después de todo, detrás de esta despeinada cabellera y barba con canas hay un corazón agradecido de su servidor que los ama”. Así despidió el mexicano Marco Antonio Solís a sus miles de seguidores, a los que ni siquiera el frío les logró robar la energía para corear cada uno de los éxitos del cantante, en el concierto que brindó en el estadio Modelo Alberto Spencer de Guayaquil.