Puertas que chirrían, viento ululante que semeja quejidos, casonas oscuras y llenas de telarañas, seres monstruosos, elegantes caballeros de afilados colmillos, momias egipcias que vagan por la tierra, científicos megalómanos que desafían a la naturaleza y hombres que se transforman en bestias a la luz de la Luna, aun hoy, en pleno siglo XXI, continúan siendo referentes obligados del género de terror, y han logrado formar parte ya de la cultura popular.