AGENCIAS
SIRTE, Libia.- Muamar Gadafi, quien gobernó Libia con mano de hierro durante 42 años hasta que fue depuesto en una sangrienta rebelión, fue abatido ayer cuando las fuerzas revolucionarias tomaron su ciudad natal de Sirte, el último bastión de resistencia del régimen derrocado.

El primer ministro Mahmud Jibril confirmó la muerte de Gadafi. "Hemos esperado este momento durante mucho tiempo. Han matado a Muamar Gadafi", dijo Jibril en conferencia de prensa en Trípoli.

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Informes iniciales de los combatientes dijeron que Gadafi, de 69 años, estaba atrincherado con sus últimos leales en el encarnizado combate con los revolucionarios que asaltaban los últimos edificios que aún conservaban las fuerzas del líder depuesto en esta ciudad sobre el Mediterráneo. En determinado momento, una caravana intentó huir de la zona y fue atacada por aviones de la OTAN, aunque no estaba claro si Gadafi iba en un vehículo.

La televisora Al-Jazeera mostró imágenes de un hombre parecido a Gadafi muerto o gravemente herido, sangrando de la cabeza y desnudo hasta la cintura cuando los combatientes hicieron rodar el cuerpo sobre el pavimento. Testigos dijeron que el cadáver fue exhibido en la vecina ciudad de Misurata.

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El cuerpo fue transportado por las calles sobre un vehículo rodeado por una gran multitud que coreaba, "la sangre de los mártires no será derramada en vano", según escenas filmadas por la televisora Al-Arabiya. Se cree que los combatientes que mataron a Gadafi venían de Misurata, que sufrió un brutal asedio por parte de los gadafistas durante la guerra civil.

Abdel-Aziz, un médico que acompañó el cuerpo en la ambulancia a Misurata, dijo que Gadafi murió de dos balazos, en la cabeza y el pecho.

"Ustedes no pueden imaginar mi felicidad. No puedo describir mi felicidad", dijo Abdel-Aziz. "La tiranía se ha ido. El pueblo libio puede descansar".

Los detalles sobre las últimas horas de Gadafi eran vagos y su captura cerca de Sirte aparentemente también costó la vida de destacados colaboradores. Pero representantes del CNT, como Abdel Majid Mlegta, confirmaron que murió por las heridas sufridas en los combates.

Con base a la información de varias fuentes, Gadafi pudo haber intentado escapar de su último reducto al amanecer en un convoy de vehículos luego de semanas de férrea resistencia.

Sin embargo, fue detenido por un bombardeo de la OTAN y capturado, posiblemente tres o cuatro horas más tarde, después de enfrentamientos armados con soldados del CNT que lo encontraron escondido en una alcantarilla.

Gadafi estaba vivo en el momento de su captura, según imágenes difundidas por las televisiones árabes Al Arabiya y Al Jazeera.

En las imágenes, unos combatientes de las fuerzas del CNT lo sostienen e intentan mantenerlo en pie, cuando parece gritarles algo. El depuesto líder tiene la cabeza descubierta, viste un pantalón de camuflaje y tiene sangre en la cara y los hombros.

"No disparen, no disparen", habría dicho Gadafi, al ser descubierto, según aseguró un combatiente del CNT.

La muerte de Gadafi en sí misma se convirtió tal vez en el acontecimiento más dramático desde las revueltas de la Primavera Árabe que han derrocado a los gobernantes en los vecinos Túnez y Egipto y amenazan a los líderes de Siria y Yemen.

Según los rebeldes libios uno de los hijos de Gadafi, Mutasim, también fue abatido en la ciudad de Sirte.

La noticia de la muerte de Gadafi desató la reacción mundial, aunque el gobierno estadounidense manejó con cautela a la espera de que se confirmara con absoluta certeza.

Más tarde el presidente Barack Obama confirmó la muerte del líder libio y aseguró que ello marca "el final de un capítulo largo y doloroso" y abre "una oportunidad para el pueblo libio para decidir su propio destino". "Podemos decir de manera definitiva que el régimen de Gadafi ha llegado a su fin", afirmó.

El presidente estadounidense alabó el papel desempeñado por los militares y diplomáticos de su país y aseguró que los objetivos se lograron mediante la colaboración con los aliados y sin que ni un solo soldado de EE.UU. pisara suelo libio.

En tanto, la Interpol y la Corte Penal Internacional (CPI) pidieron a Seif al Islam, hijo del exlíder libio Muamar al Gadafi llamado a sustituir a su padre en el poder, que "se entregue", una vez que se ha confirmado la muerte del coronel.

Gadafi, buscado por la Corte Internacional por cargos de ordenar la matanza de civiles, fue derrocado por fuerzas rebeldes el 23 de agosto, una semana antes del aniversario número 42 del golpe militar que lo había llevado al poder en 1969.

La muerte de Gadafi puso fin a ocho meses de una guerra entre rebeldes y fuerzas leales al líder libio que dejaron 25 mil muertos, según el CNT, quien se comprometió a indemnizar a sus familias y a los combatientes en el conflicto que se inició el pasado 15 de febrero.