Desde que el niño está en el vientre de la madre recibe los nutrientes necesarios para tener una linda sonrisa en el futuro, gracias al calcio, fósforo, proteínas y vitaminas A, C y D, que consume su progenitora.

Estos nutrientes ayudan a la mineralización del germen, que dará lugar a los dientes de leche del bebé, después del nacimiento.

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Muchos padres piensan que no es necesario cuidar tanto los dientes de leche, ya que en poco tiempo se caen y salen los dientes definitivos. Pero los padres deben saber que desde que el primer incisivo rompe la encia se debe comenzar con el cuidado y una adecuada limpieza dental.

El odontólogo Carlos Muñoz señala que los padres cometen el error que el niño use chupetes, biberón, entre otros artículos que dañan la dentadura del menor.

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“Muchas veces el niño sujeta con los dientes el biberón, sin importarle el peso y eso hace que en el futuro el pequeño tenga molestias. Lo más adecuado es quitar estos objetos a temprana edad”, indicó.

El médico señala que los pequeños deben cepillar sus dientes de leche en la mañana y en la noche, “debe usar un cepillo de dientes pequeño, con cerdas muy suaves y cortas. Una vez que han crecido todos los dientes se puede usar un cepillo con cerdas más largas”, recalcó Muñoz.

El especialista recuerda que los niños siempre actúan por imitación, por lo tanto, tú debes darle el ejemplo. En la noche, cuando tú te laves los dientes, intenta que el niño observe cómo lo haces para que pase a ser algo natural en él. Puedes convertirlo en un juego.

Deja que él te lave los dientes, hazlo reír o cántale canciones para que no asocie este momento a algo desagradable, sino como un momento divertido.