El valor de lo invaluable. Así titularon María Alejandra Camacho y Santiago Burneo un texto en el que detallan la importancia de un museo de historia natural para el país y en el que describen por qué el depósito de mamíferos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) recibió una certificación internacional: la acreditación de la Sociedad Americana de Mastozoología, institución constituida en 1919 con el propósito de promover el interés en el estudio de mamíferos.

Enteros, por partes o en esqueleto. De esta forma se almacenan los animales en el llamado Museo de Mamíferos de la PUCE, que empezó a sumar especímenes en la década del ochenta, cuando los alumnos los recogían para estudiar su biología con fines de conservación. Así lo cuenta Burneo.

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El director del Museo de Mamíferos de la PUCE destaca la importancia de este almacenamiento de especies. El biólogo explica que, de esta manera, se guarda un registro histórico de los animales que, en este caso, han habitado en Ecuador.

Añade que si bien se saca a un animal de su hábitat, cada vez que un investigador necesite estudiar la biología de una especie, este ya no tiene que ir a cazarlo porque aquí lo encuentra. Esta institución ¬que no está abierta para visitas del público en general¬ se concentra, principalmente, en el estudio de pequeños mamíferos.

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Burneo comenta que aquí incluso se han descubierto nuevas especies. Por ejemplo, tras una recolección de murciélagos se realizaron análisis genéticos y encontraron un animal desconocido. “Eso es un aporte a la ecología, el descubrimiento de nuevas especies”, enfatiza.

La Sociedad Americana de Mastozoología les otorgó la acreditación en junio y los señaló como un referente internacional en la conservación de mamíferos. “El gran nivel de actividad de investigación en esta unidad y sus altos estándares de colección indican que (el museo) se encuentra emergiendo como uno de los mayores depositarios de mamíferos en el Ecuador y una de las mayores colecciones de los Andes Sudamericanos”, se expresa en la carta que la PUCE recibió de la entidad extranjera.

La colección del museo, de 12.500 individuos, lo posiciona como el único centro con este reconocimiento en el país y el segundo en Latinoamérica. El otro está en Argentina.

El 70% de los animales de este centro de acopio se conserva entero, en etanol, para evitar así su descomposición; mientras que el porcentaje restante se guarda a temperaturas específicas con el mismo propósito. Generalmente se trata de pieles, esqueletos y tejidos.

La información de los ejemplares se almacena en una base de datos electrónica, que incluye sus datos biológicos, la ubicación geográfica originaria, el nivel de vulnerabilidad, entre otros, que buscan servir de base para los análisis de los futuros investigadores.

Al momento, la colección del museo representa el 74% de la diversidad de especies de mamíferos presentes en Ecuador, con 280 animales diferentes, asegura Camacho, administradora e investigadora de esta institución. Aproximadamente un tercio de los animales han sido utilizados en diversas investigaciones que han derivado en la publicación de artículos científicos que describen nuevas especies, principalmente murciélagos y roedores.

Pero la información que se pueda obtener de ellos dependerá de las condiciones en que se mantengan los cuerpos, aclara Burneo. Describe que se tardaron dos años en cumplir los requisitos exigidos por la Asociación Ecuatoriana de Mastozoología, por ejemplo, humedad mínima, bajas fluctuaciones térmicas, control de plagas, personal especializado, precisión en los datos referidos de cada especie, entre otros.

Aunque el Museo de Mamíferos de la PUCE no es de libre acceso (porque no cuenta con las instalaciones adecuadas y sus fines son académicos), Burneo especifica que cualquier investigador del país o del extranjero puede utilizar las especies recolectadas si su fin es promover la conservación.

Cifras: Proyecciones
Ecosistema
Según estimaciones, basadas en estudios externos, de la PUCE, el 93% de las especies reduciría su área de distribución (hábitat) y en promedio se perdería el 51% del área apropiada para su supervivencia.

Vulnerabilidad
Se predice que casi la tercera parte de las especies se encontrarían en el 2080 en peligro crítico de extinción, un aumento considerable respecto del 0,6% actual, de acuerdo con investigaciones de la PUCE.