Las temperaturas bajo cero en la Antártida son el aviso de que llegó la hora de migrar. Las ballenas jorobadas del Pacífico sudeste lo saben y emprenden el viaje. El recorrido de 8 mil kilómetros hasta las costas de Ecuador les demanda menos energía que mantenerse en esas heladas aguas, donde, durante el invierno, escasea el alimento debido a la ausencia de sol y otros factores climáticos.