Agencias
Londres.- Fotogalería de la boda de Guillermo y Catherine
Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, una plebeya ahora princesa, se convirtieron en marido y mujer, en una ceremonia que se realizó ayer en la medieval abadía de Westminster, que llenó de fiebre y entusiasmo las calles de Londres y cautivó al planeta entero.
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"Estás hermosa, amor", le susurró Guillermo a su novia, al verla llegar en un elegante y suntuoso vestido blanco marfil, con escote en V, larga cola, velo y una tiara de diamantes, que enmarcaban su rostro radiante. El traje de Guillermo estaba compuesto por pantalón negro recorrido por un galón rojo, y guerrera roja ornamentada con una faja de color oro y carmesí y vaina dorada.
"Sí, quiero", dijo Guillermo con voz firme, tras lo cual Middleton, con una voz un tanto temblorosa pronunció el "sí", prometiendo al príncipe "amarlo, confortarlo, honrarlo y cuidarlo en la salud y en la enfermedad".
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Pero, como mujer moderna que es, Middleton no se comprometió en sus votos matrimoniales a "obedecer" a Guillermo, con lo que siguió los pasos de la madre de Guillermo, Diana de Gales, que no juró obediencia al príncipe Carlos, con quien tuvo un matrimonio salpicado de escándalos, y que falleció en un accidente en un túnel de París en 1997, cuando Guillermo tenía 15 años.
Tras los votos nupciales y luego de darse el "sí", Guillermo y Kate fueron declarados "marido y mujer" por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. El príncipe le deslizó en el dedo anular izquierdo de Kate una alianza matrimonial confeccionada por joyeros galeses que usaron una pepita que la reina Isabel le entregó al príncipe tras el compromiso, en noviembre. De común acuerdo con Kate, el príncipe Guillermo decidió no usar alianza.
Los novios escribieron una oración para su boda en la abadía de Westminster, que fue leída por el reverendo Richard Charters, obispo de Londres, durante su sermón: "Dios, Padre nuestro, te damos gracias por nuestras familias; por el amor que compartimos y el júbilo de nuestra boda. En el quehacer de cada día, mantén nuestros ojos en lo que es real e importante en la vida y ayúdanos a ser generosos con nuestro tiempo y amor y energía. Fortalecidos por nuestra unión, ayúdanos a servir y reconfortar a los que sufren. Lo pedimos en el espíritu de Jesucristo. Amén".
El primer regalo del príncipe Guillermo y Kate Middleton en el día de su boda real provino de la reina Isabel II: los títulos de duque y duquesa de Cambridge. El palacio de Buckingham dijo que Guillermo es ahora su alteza real el duque de Cambridge, y que Catherine Middleton es su alteza real duquesa de Cambridge. Guillermo también fue nombrado conde de Strathearn y barón de Carrickfergus, lo que significa que al casarse con él Middleton pasó a ser condesa de Strathearn y baronesa de Carrickfergus.
Aunque sabían que eran vistos por miles de millones de personas, la pareja real pareció lograr, por momentos, estar en su propio mundo privado durante la ceremonia en la abadía de Westminster, pues durante la boda intercambiaron sonrisas y miradas llenas de afecto.
A la salida del templo, los recién casados fueron recibidos por una lluvia de confetis, al tiempo que se levantó de la muchedumbre una estruendosa tormenta de ovaciones mientras ellos se dirigían al palacio de Buckingham.
Detalles
La boda se desarrolló ante unos 1.900 invitados, entre ellos, miembros de las monarquías europeas, líderes políticos y celebridades como David y Victoria Beckham y Elton John.
La abadía de Westminster, donde se realizó la ceremonia, fue decorada con árboles de arce y carpes en el camino hacia el altar y la luz se filtraba por los ventanales arqueados del icónico recinto.