BBC Mundo
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La imagen de la cascada de San Rafael es algo
omnipresente en la región amazónica de Ecuador. Desde folletos
turísticos a las fotos bastante comunes colocadas en la parte trasera de
los autobuses de la región.

La catarata, la mayor del país, está en plena
reserva de la biosfera de Sumaco, un exuberante rincón protegido por
Naciones Unidas por su flora y fauna únicas, fruto del clima húmedo
originados por la confluencia de los Andes y la Amazonía.

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Ecuador no está usando ninguna de las
fuentes de energía que se consideran más económicamente viables y
mejores para el medio ambiente.

Según los ambientalistas, este delicado
ecosistema será destruido por la mayor planta hidroeléctrica del país,
que ya se construye en el río que alimenta el salto de San Rafael.

La compañía estatal Coca Codo Sinclair, que gestiona el proyecto, asegura que tales miedos no tienen fundamento.

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La empresa afirma que estudios hidrológicos han
determinado el flujo de agua necesario para que la catarata conserve su
intensidad y que la hidroeléctrica está diseñada para asegurarlo.

Con fondos chinos

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Tanto partidarios como críticos del proyecto
están de acuerdo en que Ecuador necesita renovar su modelo energético y
que las hidroeléctricas desempeñarán un rol crucial. Pero discrepan
sobre la Coca Codo Sinclair.

La idea del proyecto nació en los años 70, pero
no fue hasta que Rafael Correa llegó al poder en 2007 que se convirtió
en una prioridad.

El desarrollo de Coca Codo Sinclair se estancó
mientras el Ejecutivo buscaba fondos para financiar su construcción. El
pasado junio, tras largas negociaciones, se aseguraron los US$1.700
millones del Banco de Exportaciones e Importaciones de China.

El contratista chino Sinhohydro inició
oficialmente el trabajo poco después. Pero meses después, la obra parece
extrañamente vacía, lejos de lo que se podría esperar del proyecto
bandera del gobierno de Correa.

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Señales en chino y brillantes luces -que los
lugareños aseguran han espantado a mariposas endémicas- son los
principales indicios de los cambios que se vienen.

¿Sostenible?

La presa se situará unos 20 kilómetros de la
cascada de San Rafael en el río Coca, uno de los principales de la
Amazonía ecuatoriana.

El proyecto planea ser capaz de generar 1.500 megavatios de electricidad a partir de 222 metros cúbicos de agua por segundo.

Según Matt Terry, director de la ONG Ecuadorian
Rivers Institute, los estudios hidrológicos que maneja el gobierno están
caducados.


Matt Terry, Ecuadorian Rivers Institute

Terry calcula que el Coca ahora mantiene un
flujo de entre 80 y 100 metros cúbicos por segundo y que el proyecto de
hidroeléctrica, en las proporciones actuales, no es sostenible.

"Estamos muy preocupados de que cuando
construyan la hidroeléctrica de tan alta capacidad, requieran cada gota
de agua y sequen la cascada", afirma.

Terry señala al segundo mayor salto de agua del país, Agoyan, que según él ha sido duramente afectado por un proyecto similar.

Pero además, Coca Codo podría resultar
deficitario al largo plazo si no es capaz de generar suficiente energía
para pagar el préstamo chino, suscrito a un 6,9% de interés.

Apagones

Últimamente, el río presenta un aspecto poco
caudaloso. Pero los expertos de la hidroeléctrica aseguran que aunque el
nivel de las aguas fuera incluso menor, la hidroeléctrica siempre
liberaría hasta 22 metros cúbicos por segundo, lo que consideran es el
mínimo para mantener viva la cascada.

Además, señalan que la planta funcionará a plena capacidad sólo el 57% del tiempo, pues el caudal puede variar.

"Sería criminal desperdiciar diesel (para
alimentar una planta termoeléctrica) cuando hay meses en los que podemos
usar el río para generar energía", dice Luciano Cepeda, gerente técnico
de Coca Codo Sinclair.

Sería criminal desperdiciar diesel
(para alimentar una planta termoeléctrica) cuando hay meses en los que
podemos usar el río para generar energía

"Incluso si pudiéramos operar a plena capacidad sólo cinco o seis meses al año, todavía es muy importante".

De acuerdo con los últimos datos disponibles,
las termoeléctricas, que se alimentan de diesel importado, generan la
mitad de la energía que consume Ecuador. Sólo el 38% de hidroeléctricas.

En 2009, las sequías paralizaron parcialmente la
mayor hidroeléctrica del país. Los apagones duraron dos meses. El
impacto en la economía del país se estima fue de US$1.000 millones.

Los derechos de la Pacha Mama

Eduardo Aguilera, ingeniero que trabajó en el
proyecto de Coca Codo Sinclair y que ahora ejerce de consultor de
energías alternativas, opina que la hidroeléctrica es el mal menor.

Pero también piensa que proyectos como Coca Codo
no son tan viables económicamente o sostenibles ecológicamente como
otros más pequeños.

Para Aguilera, el gobierno podría usar las mismas cantidades invertidas en plantas de pequeña o mediana escala.

Además, considera que deberían ser
complementadas con plantas geotérmicas, fuente de energía renovable y
sostenible en un país como Ecuador, que tiene decenas de volcanes
activos.

De esa forma, las plantas alimentadas con diesel podrían ser empleadas para cubrir sólo los picos de demanda.

"La conclusión es que Ecuador no está usando
ninguna de las fuentes de energía que se consideran más económicamente
viables y mejores para el medio ambiente", sentencia.

La BBC intentó entrar en contacto en diversas
ocasiones con funcionarios de Ministerio de Electricidad y Energías
Renovables, pero no quisieron hacer comentarios.

En 2008, Ecuador se convirtió en el primer país
en llevar a rango constitucional los derechos de la Pacha Mama, la madre
tierra, al tiempo que el presidente Correa declaraba su fuerte
compromiso con la naturaleza.

El gobierno además tiene un proyecto piloto para
comprometerse a no explotar sus reservas de petróleo en una de las
áreas de mayor biodiversidad del planeta.

Pero a los críticos como Terry les preocupa que
pese a la retórica "verde", el gobierno no haya demostrado suficiente
compromiso para preservar la cascada de San Rafael.

La planta se espera que esté en pleno
funcionamiento en 2016. En unos años se podrá comprobar cuál es su
impacto, de darse, sobre la cascada de San Rafael.