Algunos dicen que el gran desafío de una sociedad es pasar del “yo” al “nosotros”. Me parece que el objetivo es más complicado y lo resumiría así: permitir el desarrollo y respeto del “yo” al mismo tiempo que se construye el “nosotros”, pero no el “nosotros” decidido por algunos (ni siquiera por las famosas mayorías) sino el que los individuos van construyendo como una colectividad efectiva. La frase es compleja y la realidad también. Esto no es un tema teórico o etéreo, así es como se construyen (o no) los países. Es más importante que si tenemos una carretera más o menos.
Por ejemplo, el tránsito. El “yo” es la libertad para cada uno de decidir cuándo y cómo se transporta. El “nosotros construido” son las reglas sensatas que todos aceptamos para convivir (ahí tenemos un serio problema, en general poco respetamos esas reglas básicas). Frente a problemas como la contaminación o la congestión, el “nosotros construido” son los impuestos para tener un mejor transporte público, o (lo que no tenemos) como las vías especiales para los que llevan varios pasajeros o los peajes más altos en hora de congestión. El “nosotros impuesto” son medidas como el pico y placa.
Por ejemplo en el tan actual tema de las corridas de toros (el miércoles asistí a la corrida por la libertad en Quito, respetando el criterio de cada uno ¡cómo no encontrar arte y nobleza en este espectáculo!), el “yo” es la libertad de cada uno para decidir si asiste o no, el “nosotros construido” es que los adversarios de las corridas informen, promuevan, discutan y al final convenzan a todos que es un espectáculo anacrónico y brutal. El “nosotros impuesto” es lo que se quiere hacer: que una mayoría manipulada vote en contra de las corridas.
Por ejemplo el “nosotros impuesto” son las Constituciones que, cada 10 años, una nueva tendencia política quiere imponer a los demás como su marco de vida colectiva. El “nosotros construido” es aceptar que las reglas básicas de convivencia no las pueden crear un grupo de 120 “genios” sino recoger un sentir profundo que lo construye por un lado la sociedad misma, y por otro sus líderes que van empujando y guiando en cierta dirección. El “nosotros impuesto” es un Gobierno como el actual que intenta, a través de continuos llamados a la opinión pública, no la manera de avanzar en una construcción colectiva sino de utilizar la tarima y la propaganda gubernamental masiva (que, ojo, ya ha empezado sin que las respectivas autoridades electorales nada digan) para construir “su” proyecto.
Esto es grave en un país tan diverso como el Ecuador (geográfica, social y culturalmente). Cuanto más manipulamos a la gente, más nos alejamos de esa capacidad de construcción colectiva, más acentuamos nuestros defectos colectivos (como el “serás vivito ¿no?”) y no potenciamos nuestras enormes virtudes (una de ellas es la propia diversidad). Esencialmente por eso, porque no genera un “nosotros construido” sino un “nosotros impuesto”, es que la Consulta Popular debe ser desechada.