Cientos de miles de personas protagonizaron ayer en El Cairo y otras ciudades de Egipto la mayor protesta contra el presidente Hosni Mubarak, pese a nuevas concesiones del régimen, al cumplirse dos semanas desde el inicio de la sublevación el 25 de enero.
Hombres y mujeres de todas las edades, familias con adolescentes y niños abarrotaron la plaza Tahrir de El Cairo, venciendo el miedo que muchos reconocen sentir, para demostrar que su voluntad de derrocar a Mubarak sigue viva.
Publicidad
Periodistas que dominaban desde lo alto de un edificio la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, centro neurálgico de la rebelión, constataron que la multitud allí reunida era mayor que en las protestas anteriores, con cientos de miles de personas a última hora de la tarde.
Decenas de miles de personas también desfilaron en otras grandes ciudades, incluidas unas 20.000 en Alejandría, la gran ciudad del norte.
Publicidad
Mubarak hizo algunas concesiones al movimiento de protesta, liderado por los jóvenes egipcios, pero rechazó su principal reivindicación, su inmediata dimisión para permitir la organización de elecciones libres y democráticas.
En una tentativa de apaciguamiento, Mubarak, de 82 años, de los cuales casi 30 a la cabeza del Estado, anunció ayer la creación de una comisión para enmendar la Constitución, en el marco del “diálogo nacional” iniciado el domingo entre el poder y la oposición, en el que participan, por primera vez, los Hermanos Musulmanes, rivales políticos del régimen.
El lunes, el jefe de Estado prometió un alza del 15% de los salarios y de las jubilaciones a partir del próximo 1 de abril.
Las medidas, incluido el anuncio de que Mubarak no se volverá a presentar a un sexto mandato en las elecciones de septiembre, no han logrado aplacar el movimiento de protesta.
El vicepresidente Omar Suleiman advirtió ayer que “ no podemos tolerar que sigan las protestas antigubernamentales en la plaza Tahrir por mucho tiempo” y descartó la salida inmediata del presidente Mubarak, al tiempo que los opositores reiteraron en una de sus mayores concentraciones que cederán sólo cuando caiga el régimen.
“No habrá ningún fin del régimen”, aseguró Suleiman e indicó que la crisis debe terminar cuanto antes, en una señal de una impaciencia cada vez mayor en el gobierno luego de 15 días de protestas en varias partes de Egipto.
Según la agencia estatal de noticias, al informar de una reunión ayer entre el vicepresidente y directores de periódicos, Suleiman, en un momento del encuentro amagó con que la alternativa al diálogo es que ocurra un golpe (de estado), “lo cual significaría medidas incalculables y precipitadas, incluyendo muchas irracionalidades. No queremos llegar a ese punto, para proteger a Egipto”, dijo el vicepresdiente.
Presionado por los directores para que explicara la declaración, dijo que no se refería a un golpe militar sino a que una fuerza que esté impreparada para gobernar pudiera derribar a las instituciones del estado, dijo Amr Khafagi, el director del diario privado Shorouk quien asistió a la reunión.
En la plaza Tahrir, muchos llevaban insignias de las redes sociales de internet Facebook y Twitter, inestimables herramientas de movilización gracias a militantes como el ejecutivo de Google, Wael Ghonim, convertido en un héroe tras haber permanecido en detención, con los ojos vendados, durante doce días a raíz de una manifestación. “El héroe no soy yo, sino ustedes, que están aquí en la plaza”, gritó Ghonim.
El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, instó ayer a su homólogo egipcio, Omar Suleimán, a ampliar el diálogo hacia la transición política a más grupos de la oposición.
En quince días de movilización, el balance es de al menos 300 muertos, según la ONU.
La situación en Egipto salpicó a Francia, cuando el primer ministro francés, François Fillon, confesó ayer que se fue de vacaciones a Egipto, con un crucero por el Nilo incluido, pagadas parcialmente por las autoridades egipcias poco antes del levantamiento popular.
Más datos: Reacciones
En Túnez
El nuevo gobernador de la región de Susa, en Túnez, se vio obligado ayer a abandonar sus oficinas presionado por una colérica muchedumbre que reclamaba su renuncia por pertenecer al partido del expresidente Ben Alí, el RCD.
Cumbre
Perú dijo ayer que la cumbre con países árabes y sudamericanos prevista para este mes en Lima fue postergada para la segunda quincena de abril.