Sara Flor Jiménez
Guayaquil.- No soy adicta a las telenovelas, si veo alguna es exclusivamente para darme cuenta de lo que ven mis alumnas, pues escucho que niñas de 9 y 10 años en los recreos discuten y juzgan a los personajes.

Tampoco soy crítica de arte, solo reflexiono, ¡qué antivalores! Hay en las tramas de estas novelas: secuestro, violación, homicidio, adulterio (en repugnante promiscuidad: la madre tiene un amante, el padre también tiene una amante que se la disputa con su mejor amigo; la hija es amante de su tío; además robo, mala fe, bisexualidad, etcétera. Después de reflexionar me pregunto, ¿es esto lo que la televisión ofrece a la juventud? ¡Qué difícil nos es a los educadores educar en valores!

Sara Flor Jiménez,
Guayaquil