EFE
BARCELONA, España.- El británico Jed Mercurio recrea en su último libro, "Un adúltero americano", la figura del que fuera presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, a quien presenta como "un santo" en su vida pública, en contraste con su vida privada, adicto al sexo y con un complicado historial médico.
Empezó a documentarse y, aunque en un principio quería centrarse en un deportista, se dio cuenta de que Kennedy era el nombre que más aparecía cuando se hablaba de personas públicas con problemas de adicción al sexo.
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Kennedy llegó a confiar en una ocasión al primer ministro británico Harold MacMillan que "si pasaba tres días sin acostarse con una mujer sufría terribles dolores de cabeza", dijo Mercurio en una rueda de prensa en Barcelona, durante la presentación del libro.
El antiguo piloto de la Royal Air Force ha explicado que su intención a la hora de abordar este trabajo era encontrar un personaje con una "gran contradicción entre su vida privada y su vida profesional".
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Tras leer decenas de biografías y bucear durante horas en internet, Mercurio -de padres originarios de Italia- empezó a construir este artefacto literario, del que ha advertido que no es una biografía sino una novela.
Mercurio mezcla en su libro escenas de dormitorio, con la crisis de los misiles de Cuba o con los partes médicos de Kennedy, en los que se aseguraba que el presidente sufría la enfermedad de Addison, problemas de próstata, asma, rinitis e incluso osteoporosis.
El novelista ha dejado claro que le gusta la figura de Kennedy, de quien ha dicho que admira su valor para sobreponerse a sus problemas médicos, así como todo lo que consiguió en un corto período de tiempo como presidente.
Mercurio ha intentado realizar el retrato más positivo de él como presidente para poder crear el correcto contraste con su vida privada.
A pesar de ello, también advierte de que no ha querido moralizar sobre la actitud mantenida por el mitificado político y que, en el ámbito clínico, ha mantenido largas conversaciones con uno de sus mejores amigos, psiquiatra especializado en adiciones sexuales, para determinar el tipo de enfermedad que sufría.
Por otra parte, ha rememorado que Kennedy pertenece a una época en la que estaba muy aceptado que los hombres tuvieran aventuras amorosas y ha agregado que fue un hombre de su tiempo, aunque considerado un ejemplo extremo.
Incluso ha bromeado sobre el hecho de que otro presidente como Bill Clinton se habría sentido más cómodo como gobernante en esa época de la Historia cuando existía una regla no escrita respecto a que los periódicos no indagaban en la vida privada de las personas. "A él, en cambio, lo cazaron", ha recordado.
En cuanto a si hubo alguna mujer que marcara realmente a Kennedy, Mercurio sostiene que la única relación importante la mantuvo con Jackie, su esposa durante diez años, porque, al margen de ella, no tuvo nunca una relación que durara más allá de unos meses.
Respecto a su relación con la actriz Marilyn Monroe asevera que es controvertida porque nadie sabe exactamente qué ocurrió de verdad.
Tampoco ha querido añadir "más cosas" a la teoría de la conspiración sobre el asesinato del presidente en Dallas. Lo único conocido que enfatizo en el libro es la incapacidad que tenía de agacharse cuando estaba en el coche por un corsé ortopédico que llevaba en la espalda y que, de no llevarlo, igual le hubiera permitido esquivar la segunda bala, mortal de necesidad, ha dicho.
Nacido en Staffordshire (Inglaterra) hace 44 años, Mercurio, que está trabajando en el guión cinematográfico de "Un adúltero americano", se dio a conocer con el drama médico que escribió para la BBC "Cardiac Arrest" y con "Bodies", su segunda novela, también adaptada con éxito por la cadena de televisión británica.