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.- Científicos en Estados Unidos desarrollaron una nueva técnica que algún día podría permitir regenerar de forma natural las articulaciones dañadas o rotas en pacientes. El método pionero fue probado exitosamente en conejos, a los que se les reemplazó la articulación del hombro en la pata delantera utilizando sus propias células madre y logrando restaurarles el movimiento.

Es la primera vez que se logra regenerar toda la superficie articular con la restauración de funciones, afirman los científicos en la revista The Lancet. El avance, dicen los investigadores, podría en el futuro beneficiar a pacientes que sufren trastornos como osteoartritis, cuyas caderas, hombros o rodillas resultan dañadas por la enfermedad.

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Las articulaciones son los puntos de unión del esqueleto y su función es producir movimientos mecánicos entre los huesos proporcionando elasticidad y plasticidad al cuerpo.

Actualmente, la única forma de reemplazar articulaciones degeneradas o rotas es con el implante de articulaciones artificiales -una prótesis de metal-, pero estas son temporales y requieren de una compleja operación. En la nueva investigación, los científicos del Centro Médico de la Universidad de Columbia extirparon la superficie articular del húmero de 10 conejos y la reemplazaron con un "esqueleto" artificial que tenía la misma forma.

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Esta estructura -una especie de andamio- había sido preparada con compuestos que atraían a las propias células madre del animal para que se ubicaran en ella produciendo cartílago y hueso en dos capas separadas. Cuatro semanas después, los conejos habían regenerado sus propias articulaciones y lograron reanudar sus movimientos normales.

El estudio de Columbia es el último avance que demuestra que esta es una técnica muy prometedora, y es el primero que logra regenerar una gran cantidad de hueso y cartílago de buena calidad en articulaciones que funcionan con éxito.

Según el profesor Patrick Warnke, investigador de células madre y cirujano plástico de la Universidad de Bond, en Australia, técnicamente no existe razón por la cual no deban comenzarse pronto ensayos clínicos con pacientes humanos usando esta técnica para, por ejemplo, el reemplazo de cadera. El científico cree, sin embargo, que aun si fueran aprobados los ensayos en humanos, estos podrían no ser adecuados para pacientes de edad avanzada.