Si extendemos los brazos, no importa lo altos que seamos, es imposible abrazar un ceibo adulto, su diámetro va de uno a dos metros, generalmente, pero se han registrado de hasta cuatro. Ni hablar de subirse por cuenta propia a la copa de uno de estos árboles gigantes, pues su estatura va de los veinte a cuarenta metros, y su tronco no tiene grietas para escalar.