Metallica dejó claro ayer que a pesar de los años –está por cumplir tres décadas de trayectoria- sigue vigente como una de las bandas más importantes del rock mundial.

El concierto que ofreció ayer en el parque Simón Bolívar, en Bogotá, estuvo cargado de una energía que compensó de sobra el agotamiento de unos 40 mil seguidores que habían esperado durante casi todo el día. Muchos llegaron desde el interior de Colombia y otros cruzaron la frontera desde Ecuador.

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Las puertas del área destinada al concierto se abrieron a las 12:00. Una marea de camisetas negras empezó a llenar de a poco las tres localidades: One, junto al escenario; Unforgiven, en el medio; y Enter Sandman, atrás.

Hubo un estricto control para evitar el ingreso de bebidas, armas u objetos que pudieran ser utilizados en peleas. Todas las correas fueron requisadas.

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Tras ocho horas de espera y precedido por un video de introducción, Metallica saltó al escenario con Creeping Death, un clásico que provocó el delirio, llantos y gritos de emoción.

No hubo tregua. Las pantallas gigantes -de alta defnición- provocaron mayor cercanía, complicidad, con el público. Le siguió For whom the bell tolls… Y la noche siguió sin que se pueda decir que hubo solo un momento cumbre. Hubo varios.

El primero: cuando salió el grupo. El segundo, con Sad but true. El tercero, con Master of Puppets. El cuarto, con One y Enter Sandman. El quinto, con Seek and Destroy, que fue la canción con la que cerró una memorable presentación.

La primera vez que Metallica estuvo en Bogotá fue en 1999.

Aunque la gira fue para promocionar su producción Death Magnetic, sin duda quienes asistieron al parque Simón Bolívar siguen prefiriendo las viejas canciones de Metallica. “Las nuevas suenan muy comerciales; son buenas, pero no iguales a las anteriores”, decía Gustavo Proaño.

A las 22:00 terminó el concierto. La Policía registró algunos detenidos entre quienes se quedaron fuera del espectáculo y hubo unos pocos heridos por golpes. Los incidentes no fueron mayores. El resultado sigue siendo positivo: 40 mil metaleros regresaron felices a sus casas.