QUITO
ALEXANDRA ÁVILA.- Derika Friedman se puso todo para esa noche. Peluca azul, gafas de rejillas tomates, short, medias nailon rayadas negras, unos Convers y un top ceñido al cuerpo. Todo el atuendo de esta alemana era para acompañar el destello trance del DJ Paul Van Dyk.

En su escaso español comentó que es su seguidora. "Él es muy popular en los clubes de Berlín por la energía de su música en cada remix", dijo. Junto a sus amigas bailaban sin parar cuando a la 01:20 de la madrugada del viernes pasado subió al escenario el DJ alemán, considerado una de los mejores del mundo en su género.

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No importó la espera de dos horas y media para que arranque la fiesta, ni la torrencial lluvia que cayó sobre Cemexpo, en la vía a la Mitad del Mundo en Quito. Los seguidores de Paul Van Dyk llegaron para verlo desde distintos puntos de la ciudad y del país. Unos vestidos con pantalones apretados, otros con tops, microfaldas o gafas como si estuvieran en la playa.

La cantante quevedeña Norka Cevallos y el DJ Tekmo (Iván Toledo) abrieron el espectáculo para animar al público. Con su microfalda negra y sus sensuales movimientos ella empezó a alegrar al público.

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 Sin embargo, cuando subieron al escenario sus dos bailarinas (googodancers) ensayaron movimientos frenéticos con cadenas, movimientos que los jóvenes seguían por cuatro pantallas gigantes y seis pequeñas que se colocaron en el escenario.

Las luces láser de colores iban creando el ambiente de una gran discoteca con dos barras laterales incluidas. "Transpórtame, sométeme a tu ley electrónica sobre mi piel", decía Norka durante su presentación. La fiesta continuó encendida con el DJ Óscar Troya, de 22 años. Para él estar entre los DJ´s que abren el espectáculo de Paul Van Dyk fue todo un acontecimiento.

"Es un gran ingeniero de sonido, sabe cómo hacer su trabajo y cómo armar sus mezclas, yo lo admiro", expresó después de su presentación.

Luego la fiesta rave siguió con DJ Moss y otros más. Apareció Van Dyk, que inundó de frenetismo a Cemexpo. El sonido incitaba al baile. El público poco a poco se fue transportando al mundo psicodélico de la música electrónica abandonando su propio cuerpo para saltar sin parar.

En sus manos y muñecas los chicos amantes de este género portaban hilos con luces de neón que se movían al ritmo de la música. Van Dyk hacía lo suyo mezclando con un par de consolas digitales y una computadora portátil ritmos rápidos y efectos ácidos.

Sus mezclas se combinaban, además, con algunos elementos electrónicos, acordes con progresión larga con sonidos sintetizados de tambores. Para complementar la música, se proyectaban en las pantallas imágenes psicodélicas de Mickie Mouse o del propio Van Dyk.

Después de tres horas de fiesta, ya exhaustos y con sus camisetas mojadas de sudor , los chicos que llenaron el Cemexpo empezaron a abandonar el lugar a las 04:30, cuando de a poco los sonidos estridentes bajaron el ritmo y Van Dyk se despidió. Para Matías Recalde, de 20 años, la fiesta se acabó temprano. Él contó que desde que empezó su afición por este tipo de música se escapaba de su casa. Ahora como estudia en la universidad puede faltar a clases, contaba mientras se arropaba del frío capitalino para tomar un bus a casa.

Datos

Éxito: Paul Van Dyk ganó renombre tras haber colaborado con mezclas para Madonna, U2, Depeche Mode y otros artistas.

Obras: Entre sus producciones musicales constan The Politics of Dancing, Reflections, The Politics of Dancing 2, In Between, Hans On In Between y Volume-The Best of Paul Van Dyk. De esta última logró vender más de tres millones de copias.