EFE
WASHINGTON.- Las pequeñas granjas familiares contribuyen a preservar la biodiversidad en lo que queda de junglas y forestas tropicales según un estudio de esas granjas en América Latina, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Hasta ahora, muchos ecólogos creían que la agricultura en escala industrial es la mejor manera de producir grandes cantidades de alimentos al tiempo que se preserva la biodiversidad.

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Pero después de un estudio de casos en Costa Rica, El Salvador, Panamá, Argentina, Brasil y México, dos investigadores de la Universidad de Michigan (UM) argumentan que las granjas pequeñas de propiedad familiar atienden mejor ambas metas.

Ivette Perfecto y John Vandermeer, dos investigadores de la UM que residen durante varios meses al año en México, llegaron a la conclusión de que en muchas zonas tropicales las pequeñas granjas familiares tienen una productividad igual o superior a la de las operaciones de escala industrial.

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Al mismo tiempo, las granjas pequeñas y diversificadas ayudan a preservar la biodiversidad en las regiones tropicales donde hay una vasta deforestación, según los investigadores.

"La mayor parte de las forestas tropicales que quedan está fragmentada, y lo que hay son parches de foresta rodeados por agricultura", dijo Perfecto, profesora en la Escuela de Recursos Naturales y Ambiente.

"Si se quiere mantener la biodiversidad en esos parches de foresta, la clave está en permitir que los organismos migren de un parche a otro", agregó.

Añadió que "las pequeñas granjas familiares que adoptan tecnologías de agricultura sostenibles tienen más probabilidades de favorecer la migración de especies que una enorme plantación de monocultivo de soja o de caña de azúcar o alguna otra cosecha".

Algunos ecólogos han indicado que la historia de los bosques del este de América del Norte sirve como ejemplo de lo que ocurrirá en los trópicos.

La colonización europea del este de América del Norte resultó en una vasta deforestación acompañada por la expansión de la agricultura. Más tarde, la industrialización llevó las poblaciones rurales hacia las ciudades y los bosques se recuperaron.

Este escenario se conoce como el modelo de "transición de forestas", y si ocurriese una progresión similar en los trópicos, la disminución de las poblaciones rurales dejaría más tierra disponible para la conservación.

Por eso, hay ecólogos que piensan que si se consolida la agricultura en grandes granjas con alta tecnología, aumenta la productividad y queda más tierra libre para la conservación.

Pero Perfecto y Vandermeer llegaron a la conclusión de que "es poco lo que sugiere que el modelo de transición de foresta sea útil en los trópicos", y que ese modelo "proyecta una visión excesivamente optimista".

En cambio, los investigadores de la UM proponen un modelo alternativo que, según ellos, proporciona un fundamento sólido para la planificación de la conservación en las regiones tropicales.

Si se piensa en los fragmentos que restan de las forestas tropicales como islas en un océano de agricultura, el océano es el área entre los parches de hábitat natural prístino.

Y en su opinión, si se permite que las plantas y los animales migren entre las "islas" restantes de foresta o jungla, se aumentará la probabilidad de que una especie determinada sobreviva y ayude a preservar la biodiversidad. E