¿Para qué se ponen máscara los héroes y alguno que otro villano? Obviamente, para que nadie sepa quiénes son en realidad.
Proteger su identidad secreta es la prioridad de muchos de nuestros personajes favoritos. Sin embargo, nosotros sabemos perfectamente quiénes son, solo que los ayudamos a guardar esa información.
A veces es increíble cómo un pequeño antifaz puede hacer que nadie reconozca a su mejor amigo, compañero de escuela o familiar. Pero ellos lo logran.
El Fantasma con su antifaz y su traje morado hace que todo el mundo crea que se trata de su antepasado y que es inmortal. La verdad es que el disfraz es heredado, y el actual Fantasma es el número 21.
La máscara de Batman ha cambiado ligeramente con el tiempo, pero siempre con la misma función: proteger al multimillonario Bruno Díaz de que alguien sepa que es él quien ronda por los altos edificios de Ciudad Gótica.
Spiderman cubre toda su cara, ya que estaría en grandes problemas si sus enemigos lo descubrieran. En una de sus recientes películas la máscara fue destruida, pero la gente lo ayudó a guardar el secreto. Tal como habrías hecho tú, ¿cierto?
Diego de la Vega, que vive en una ciudad pequeña, necesita más que nadie ocultarse de sus adversarios. Aun así, con ese antifaz y sombrero parece que será descubierto en cualquier momento, ya que con frecuencia sospechan de él.
A los que no tuvieron la suerte como tú de tener La Guerras de las Galaxias completa, Darth Vader los engañó durante mucho tiempo. ¡Pero es que claro, con ese casco!
Ellos creen que nadie los reconoce. Claro, como hay tantas tortugas mutantes con nombres italianos por ahí. Sus antifaces más que confundir, ayudan a distinguirlos: Leonardo con el azul, Donatello con el morado, Miguel Ángel con el anaranjado y Rafael con el rojo.
El caso Superman
Está bien. Hay superhéroes que no usan máscara. Ahí está Superman, que aparte del disfraz, no duda en mostrar su rostro... ¿O sí? ¡Él también tiene una máscara, a su manera! Sino que lo hace al revés: cuando quiere pasar desapercibido como Clark Kent, se pone sus gafas y ya está, se ha transformado (o eso piensa él).