Con el título ‘Trópicos tristes’ parafraseando el título del más famoso libro del etnólogo Claude Lévi-Strauss, cuya muerte a los 100 años fue conocida el martes, lamentó la prensa brasileña  en primera plana este miércoles el fallecimiento del pensador francés.

‘Trópicos tristes’ titula la tapa del diario O Globo, que dijo que Lévi-Strauss es el “padre de la antropología moderna”.

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Lévi-Strauss, fallecido el viernes pasado aunque la noticia sobre su deceso se conoció recién el martes, llegó a Brasil en 1930 como filósofo y sociólogo, y en el país sudamericano el contacto con tribus indígenas definió su interés por la antropología y el estudio de las relaciones de parentesco.

En una columna en O Globo con motivo de la muerte del etnólogo, el músico y compositor brasileño Caetano Veloso explica la influencia del pensador francés en sus canciones. “Tristes trópicos es un libro extraordinario que permaneció vivo en mi recuerdo. Lo leí en 1967 y hasta hoy no preciso ni mirarlo para recordar cada trecho, cada idea”, dice Veloso.

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El propio músico es quien escribe la nota de portada de Folha de Sao Paulo sobre la muerte de Lévi-Strauss.

“Siempre sentí cariño por él, incluso en su gran esnobismo contra el esnobismo de masas”, señala el músico.

La obra de Lévi-Strauss es sumamente reconocida en Brasil, que se considera de alguna forma el país que inspiró al pensador francés.

“Brasil es la experiencia más importante de mi vida”, dijo una vez Lévi-Strauss en el 2005, cuando rompió un larguísimo silencio en su contacto con la prensa para admitir que se encontraba en deuda con el país que visitó por primera vez en 1930 y que cambió su vida para siempre.

El antropólogo, nacido en 1908, realizó estudios secundarios en París. La geología fue su primera pasión pero estudió Derecho, Filosofía y Letras en la Sorbona.

Realizó expediciones a remotas áreas de la Amazonía  para estudiar las costumbres de tribus locales, comenzando a desarrollar teorías y metodologías que más tarde tuvieron un profundo impacto en su campo.

Regresó a Francia y fue reclutado por el Ejército a inicios de la Segunda Guerra Mundial. Luego se mudó a Estados Unidos y durante los años siguientes estuvo a cargo de una serie de  publicaciones científicas en París y Nueva York, comenzando a producir sus influyentes libros científicos.

Odio los viajes
En líneas generales, Lévi-Strauss usó los mitos y costumbres de ciertas tribus para demostrar que el comportamiento humano está basado en sistemas lógicos que pueden variar de sociedad en sociedad, pero contienen una subestructura común.

Aquellos hallazgos, que desafiaron la noción de que la cultura europea occidental era de alguna forma superior, resonaron ante las ideas de colonialismo de sus detractores y Lévi-Strauss ganó adeptos más allá del círculo de antropólogos profesionales.

Argumentó que la linguística, las comunicaciones y la lógica matemática pueden ser usados para revelar sistemas sociales fundamentales.

Su primer libro, La Vie familiale et sociale des Indiens Nam bikwara, ilustra sus experiencias junto a las tribus de Brasil. En Les Structures élémentaires de la parenté (Las estructuras elementales del parentesco)  postula que los sistemas de parentesco pueden ser analizados como lenguajes y que las diferencias culturales encubren una unidad psíquica de la humanidad.

Excepcionalmente erudito, Lévi-Strauss no era el más accesible de los pensadores y muchos de sus trabajos eran impenetrables para la gente común, pero se las arregló para trascender los límites de la ciencia con el libro Tristes trópicos.

Aunque la primera oración del libro, “Odio los viajes y los exploradores”, fue claramente diseñada para ganar la aprobación de sus colegas científicos, los amantes de la literatura la consideraron un triunfo.

Lévi-Strauss alcanzó el máximo reconocimiento para un científico en 1973, cuando fue elegido miembro de la Academia francesa. También recibió numerosos honores de universidades extranjeras y gobiernos, incluyendo Brasil.

“Tristes trópicos es un libro extraordinario, que permaneció vivo en mi recuerdo. Lo leí en 1967 y hasta hoy no preciso ni mirarlo para recordar cada trecho, cada idea”.
Caetano Veloso,
Artista brasileño