Pulgas disecadas vestidas, una bailarina tallada en un palillo de dientes y La Última Cena de Leonardo Da Vinci sobre un grano de arroz son algunas de las piezas que se pueden contemplar en el Carromato de Max en la localidad malagueña de Mijas (sur), el "primer museo de miniaturas del mundo".
El Carromato de Max, inaugurado en mayo de 1972, es una original colección de miniaturas, con 360 piezas, cuya mayor virtud es "la curiosidad que despiertan por lo insólito de sus temas" como la cabeza de un hombre blanco reducida, con más de un siglo de antigüedad, según ha afirmado a Efe el informador turístico del municipio, José María Burgos.
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Entre las múltiples curiosidades se puede contemplar un retrato de Abraham Lincoln en pintura sobre una cabeza de alfiler, dibujado por el pintor ecuatoriano Muñoz Willy y el texto del "Padrenuestro" escrito en el canto de una tarjeta de visita, hecho por Andrade Guerra de Quito.
Su origen se encuentra en la colección formada por el hipnotizador Juan Elegido Millán, nacido en Brihuega (Guadalajara) y con el nombre artístico de Profesor Max, quien viajó por todo el mundo para formar una colección que llegó a las 30.000 miniaturas, valoradas en cerca de
900.000 dólares.
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La colección, compuesta tanto por las piezas cedidas por los familiares del Profesor Max como de muchos otros coleccionistas, se presenta en una sucesión de esferas de metacrilato sobre una encimera en la única sala que compone el Carromato de Max, en la que se pueden contemplar en torno a una treintena de piezas.
Para facilitar la visualización, muchas piezas se acompañan de lupas y sistemas ópticos de aumento, imprescindibles en muchos de los casos, además de un texto informativo.
En la elaboración de las miniaturas se han utilizado materiales muy diversos como tizas de escuela, jabón, un alfiler, una cerilla, un palillo de dientes, migas de pan, una chincheta, una lenteja e incluso pulgas disecadas.
Una representación de "Las Siete Maravillas del Mundo" pintadas sobre un palillo de dientes o un grupo de "chinitos" elaborados en porcelana y terracota hechos a mano son otras de las piezas que se pueden contemplar en el Carromato de Max.