El dar tratamiento incluso a las manifestaciones más leves de la diabetes que se presentan durante el embarazo evita que las madres y los bebés aumenten demasiado de peso y facilita el alumbramiento, según nuevos estudios.
Las mujeres embarazadas en Estados Unidos son examinadas y tratadas rutinariamente por niveles elevados de azúcar en la sangre, aunque hasta ahora no estaba en claro si tratar los casos más leves realmente beneficiaba a madres e hijos.
Publicidad
En un estudio a 950 mujeres, las que tenían diabetes gestacional leve y que fueron tratadas tuvieron menos bebés demasiado grandes, menos cesáreas y menos complicaciones del embarazo, en comparación con quienes no se la trataron.
Hay motivos fundados para tratar plenamente a las mujeres aun con las formas más leves (de diabetes gestacional) en base a nuestros resultados, dijo el líder del estudio, el doctor Mark Landon, del Centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus.
Publicidad
Ese tipo de diabetes comienza durante el embarazo y por lo general desaparece después del nacimiento. Afecta hasta a una de cada siete embarazadas, dependiendo de la población. El nivel elevado de azúcar en la sangre de la madre puede ocasionar un crecimiento desproporcionado del bebé, lo que a veces requiere una cesárea y puede causar otros problemas de salud para la madre y el pequeño.
Los factores de riesgo incluyen tener más de 25 años, ser obesa y tener antecedentes familiares de diabetes.
Los grupos médicos apoyan los exámenes a las mujeres y su tratamiento, aunque la Fuerza Especial de Servicios Preventivos, un panel de salud del gobierno, dijo el año pasado que no había suficientes evidencias como para recomendar exámenes exploratorios.
Landon dijo que había tenido dudas en tratar los casos leves y que se sorprendió por los resultados.
Para el estudio financiado por el gobierno, 958 mujeres con diabetes gestacional fueron reclutadas en 15 centros médicos. Recibieron tratamiento o la atención prenatal estándar. El tratamiento incluyó asesoría de dieta e insulina, de ser necesario, para controlar el nivel de azúcar en la sangre.
En el grupo sometido a tratamiento hubo menos bebés de tamaño inusualmente grande (7% en comparación con 15% en el grupo sin tratar) y menos bebés pesaron más de cuatro kilos (nueve libras), el 6% frente al 14%. En promedio, las mujeres tratadas aumentaron 2,2 kilos (cinco libras) menos después de su diagnóstico que las no tratadas.
También hubo menos cesáreas y menos casos de preclampsia, una complicación grave del embarazo. No hubo muertes en ninguno de los dos grupos, ni tampoco diferencias en otras complicaciones relacionadas con la natalidad.
Landon notó que un notable 93% de las mujeres en el grupo con tratamiento mantuvieron su nivel de azúcar en la sangre controlado sólo con dieta, y que solamente el 7% necesitaron insulina.