No necesitó de unas curvas voluptuosas, ni de una estatura superior a un metro sesenta (mide 1, 53 m) para conseguir el papel protagónico de una telenovela. Bastó su trayectoria actoral y la responsabilidad que demuestra al asumir cada rol.
Se trata de la actriz de teatro, cine y televisión Monserrath Astudillo, quien dice estar “cosechando los frutos de tantos años de esfuerzo (más de 14)”, en los que ha participado en series cómicas, telenovelas, dramatizados y películas.
Publicidad
Ella, una cuencana de 34 años, interpreta a Soledad de Cardoso en la telenovela El exitoso Lcdo. Cardoso, que Ecuavisa estrenó el pasado martes en horario estelar.
En esta trama, es la esposa y compañera de pantalla, del periodista deportivo más importante y conocido de la localidad (rol interpretado por el actor Martin Calle). Y aunque comparte el mismo éxito “de imagen” que su pareja es una mujer solitaria y vacía, la cual busca refugio y pasión en brazos de otro hombre.
Publicidad
“Soledad es muy frágil, pese a todas las apariencias. Ella vive con muchos sentimientos que no puede expresar y que los reprimirse por mantener una imagen, como suele suceder en la televisión”, dice.
Para intentar ser feliz y no vivir a la sombra de la fama de su esposo, entabla una relación amorosa con Diego Planes, un reportero deportivo de Mega Canal y amigo por conveniencia de Cardoso.
“Mi personaje muestra muchas facetas. No siempre es la víctima, pobrecita. Sino que también se convierte en la bruja malvada, que es capaz de cualquier cosa por amor, por defender su nivel o su espacio. Sabe sacar las garras”, acota.
Su incursión en las telenovelas con un papel secundario empezó el año anterior cuando interpretó a Vilma, la mejor amiga de la protagonista de la producción melodramática El secreto de Toño Palomino, que Ecuavisa adaptó y exhibió en su pantalla.
Para Astudillo, su baja estatura y su figura delgada no ha sido inconveniente al demostrar su talento. “He creído en mi trabajo, en mí misma. Me he ganado todo lo que tengo. No me han regalado nada, sino que ha sido la consecuencia de un ardua trayectoria”, indica.
Considera importante el hecho de que las producciones nacionales modifiquen los estereotipos de galanes para los papeles protagónicos. “De a poco se van rompiendo los esquemas de optar solo por la top model perfecta; de pronto, tuneada o no tuneada (con cirugías plásticas)”, comenta.
Su marcado acento azuayo, que se evidenció más en la serie Las Zuquillo (donde hacía de “la Luchita”) tampoco fue un obstáculo para el rol de Soledad; pese a que cuando llegó a Guayaquil (hace más de un año) le exigían que “sea muy serrana al hablar. Pero yo me dije no. No quiero repetir ese patrón”, detalla entre risas.
En El exitoso Lcdo. Cardoso, dice que a ratos se le “sale lo serrano, aunque no es tanto. Y Soledad, en la trama es de la sierra”. Cuando ella presenta las noticias deportivas intenta ser neutral con el acento.
Aún no tiene planes definidos para después de la telenovela, cuyas grabaciones durarán un poco más de cuatro meses. “No sé lo que venga luego. Me gusta disfrutar del presente”, manifiesta.
Entre las actividades que retomará está el teatro. Realizar su tercer monólogo aún lo ve lejano porque no tiene el tiempo suficiente para crearlo y escribirlo. La actriz sigue soltera.