¿Sustituir el ruido por música en los hospitales favorecería la curación de los enfermos? es una de las preguntas a las que responderá la doctora y musicoterapeuta Neysa Navarro, en su tesis sobre la influencia de la música en las células madre del cerebro de un embrión de ratón.

Navarro inició su tesis doctoral en la Universidad de Valladolid (centro de España) hace casi cuatro años y su estudio trata de valorar si la música, por ser un elemento físico, tiene algún tipo de diferencia comparada con el silencio o el ruido en cuanto a la reproducción, muerte y diferenciación de neuronas en las células madre.

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La doctora reconoce que siempre ha tenido interés en unir el mundo de la música con el de la salud, pero recuerda que fue durante sus prácticas en un centro de atención a pacientes con Alzheimer cuando se dio cuenta de que, a través de la música, "los enfermos podían comunicar y crear un puente con la realidad que permanecía en el tiempo".

Su experiencia con enfermos de Alzheimer hizo que Navarro valorase la posibilidad de plantear un estudio sobre la influencia de la música en la salud en el área de Neurología de un hospital, sin embargo "la saturación de trabajo clínico" en estos centros hizo que se decantase por la investigación básica.

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Acudió a la Universidad de Valladolid, donde inició sus estudios de doctorado junto a un equipo de investigación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León.

A partir de la revisión de la escasa bibliografía sobre el tema, decidió, junto a su equipo de investigación, que el diseño experimental que iba a plantear se basaría en un cultivo de células madre extraídas del mesencéfalo -una parte del cerebro- de los embriones de ratón.

Durante estos casi cuatro años la doctora ha medido la influencia de tres parámetros -música, silencio y ruido- en una cantidad determinada de células madre para demostrar si se han reproducido más o menos, si se han muerto y si se han diferenciado o no sus neuronas.

Ahora se encuentra en plena fase de valoración de resultados, con lo cual no puede ofrecer "datos concretos", pero sí señala que en las imágenes de los cultivos obtenidas se puede apreciar que "el número de células positivas y la forma de las mismas es totalmente diferente según hayan estado sometidas a música, ruido o silencio".

Esta investigación permitirá conocer, entre otras cosas, "cómo afecta el ruido a los seres humanos, por ejemplo en hospitales, y si influye en su curación. Incluso se podría plantear si sería beneficioso sustituir ese ruido por música", argumenta.