El dolor, la angustia y la redención de las expresivas manos, bocas y ojos huecos en las pinturas de Oswaldo Guayasamín perduran a diez años de su muerte, con la primera gran exhibición de su tipo en más de 50 años en Estados Unidos.

Furia y redención: el arte de Oswaldo Guayasamín, que se exhibe en el Museo de Arte Latinoamericano en Long Beach, California, incluye 79 obras de los cuatro periodos del pintor ecuatoriano, como La espera,  Napalm, Los torturados y El grito, y retratos de Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz.

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Sus pinturas más conocidas tienen características indigenistas que expresan un sentido de redención, angustia y esperanza mediante manos, bocas y ojos huecos, explicó el curador Joseph Mella, de la Universidad de Vanderbilt.

Guayasamín tuvo como motivos recurrentes el amor y el sufrimiento materno, la empatía por los oprimidos y los horrores de la guerra, de acuerdo con los profesores Carlos Jaúregui y Edward Fischer, de la misma casa de estudios.

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La exposición abrió sus puertas en abril y cerrará el 16 de agosto próximo. Las obras son de la Fundación Oswaldo Guayasamín, excepto una, que es de un coleccionista privado.

Nacido el 6 de julio de 1919, Oswaldo Guayasamín llegó a ser un ferviente marxista y se hizo amigo de las revoluciones cubana y nicaragüense.

Murió el 10 de marzo de 1999, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. La Fundación Guayasamín continúa su legado a través del centro cultural La Capilla del Hombre, en Quito, creada por el pintor.