Después del traspié de Guy Ritchie con su anterior cinta Revolver (2005), no confiaba mucho en su capacidad como director; pero RocknRolla me ha sorprendido muy gratamente. Una película simplemente muy recomendable y bastante bien realizada. Su argumento no es nada creativo, pero si se piensa salido desde la mente británica, tiene mérito en haber tomado cada uno de los detalles de una película hollywoodense de acción.
Cine de gánsteres con excelente estilo y que ya coloca a los productos de Ritchie en el peldaño del cine de autor. Entre las características de esta cinta, son enriquecedoras el contar con una decena de personajes carismáticos, un guión con muy buenos giros, buena dosis de humor negro, inteligentes diálogos que requieren un espectador atento durante todo el desarrollo, una banda sonora de muy buena calidad, que encaja a la perfección con la atmósfera de criminales y mafiosos sin escrúpulos que mantiene el largometraje.
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Pero como si todos estos detalles fueran pocos, este producto cinematográfico tiene un manejo soberbio de cámaras, pocas veces observado en el cine hollywoodense y con el estilo del videoclip, que logra un énfasis en el impacto de la mayoría de las escenas de acción y violencia; pero en las escenas ligeras o dóciles, permiten un embeleso del espectador, muy raramente conseguido en otras cintas del género.
Ritchie mantiene su peculiaridad de una voz narrativa, pero subraya su mérito con un final realmente memorable. Una cinta que además puede estudiarse personaje por personaje, cada uno de ellos muy bien asesorados, excelentemente bien personificados.
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Destacan las actuaciones de Tom Wilkinson (Lenny), Gerard Butler (Uno Dos), Mark Strong (Archy) y Toby Kebbell (Johnny Quid). No le pierdan la pista al segundo robo de la película y a la delirante banda sonora. Métanse, además, en el misterio de un cuadro que moderniza el término mcguffing.
Puede que para muchos una cinta que mantenga personajes estereotipados sea sinónimo de mala calidad, pero si esto es cierto en la mayoría de las veces, Ritchie reivindica el concepto del estereotipo y los usa pero con buen resultado.
En definitiva, RocknRolla es un réquiem para el gánster profesional inglés, víctima de una inesperada globalización del delito.