Un severo problema en las rodillas y el temor de someterse a una operación para solucionarlo, llevó a Nati (nombre protegido) a descubrir los beneficios de los factores de crecimiento (FC), los que después, según cuenta, también le han servido como excelentes aliados para el rejuvenecimiento facial.
Juan Carlos Ordóñez, ortopedista y traumatólogo que atiende a Nati (42 años), dice que los factores de crecimiento son células que se obtienen de la sangre del paciente, de la cual se separa el plasma, que es rico en plaquetas.
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Agrega que son proteínas secretadas por la mayor parte de las células del organismo, que regulan funciones esenciales en la regeneración y reparación de todo tipo de tejidos en los que está incluida la piel.
Alí Antonio Tay-Lee, miembro de la directiva de la Sociedad Ecuatoriana de Ortopedia y Traumatología, señala que en su medio se los usa para regenerar los cartílagos, ligamentos, tendones, huesos y hernias discales.
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“Se los está utilizando en cirugías porque se ha comprobado que sí producen un nacimiento de células nuevas, dependiendo del tejido en que se la vaya a poner; si es en hueso, sale hueso; en el músculo, sale músculo; en el cartílago, nace cartílago”, explica. Agrega que su aplicación es sencilla, se lo hace a través de una jeringuilla esterilizada.
Ordóñez y Tay-Lee indican que aunque el uso del factores de crecimiento, al igual que el botox, no está autorizado por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos, por sus siglas en inglés), eso no implica que se prescinda de su uso. Se lo aplica en terapias desde hace cuatro años en Ecuador y, añaden, con buenos resultados.
No se puede señalar qué médico lo aplicó por primera vez en el país, pero sí fueron los hematólogos que se especializaron en España quienes lo empezaron a usar, por ejemplo, en los pacientes que tienen seudoartrosis.
En tanto, el cirujano Jorge Patiño Rodríguez anota que en la cirugía plástica se usan los FC para favorecer la cicatrización en los injertos de grasa, para que prendan mejor. En un rostro envejecido se aplica grasa para que este gane volumen.
“Le inyectamos la grasa junto con los factores de crecimiento para que haya una mejor acogida del injerto. Antes de cerrar la piel, en un lighting facial se puede inyectar o colocar el suero en las líneas de sutura, porque ayuda a una buena cicatrización, por ejemplo, en los cortes cuando aplicamos grasa en el mentón, en los surcos de la boca”, dice Jorge Patiño.
Según los expertos consultados, los factores de crecimiento solo se deben obtener del mismo paciente y no de otros, porque hay que usar su misma sangre. Así también, no se los puede aplicar a pacientes con cáncer o problemas de inmunodeficiencia, pues podría ayudar a la estimulación de más células cancerígenas o la potenciación del virus, señala el doctor Juan Carlos Ordóñez. Él dice que los usa en tratamientos combinados con ácido hialurónico, también conocido como cemento intercelular, que mantiene vivas las células. “Dentro de las articulaciones no hay sangre, pero el ácido hialurónico mantiene vivos los meniscos y el cartílago”, afirma.