Luego de 23 años de haber grabado la conocida película Nueve semanas y media, los actores Mickey Rourke y Kim Basinger se vuelven a encontrar como protagonistas en el filme The informers, donde el paso del tiempo les cobra ya factura, al evidenciar unas cuantas arrugas y libras de más, pese a las cirugías estéticas que ambos se han realizado.
El cambio más notorio se ve en Rourke, quien ahora luce cabellera larga, con la cara y nariz más anchas, además de los quiebres en la cara que denotan su edad: 56 años. No obstante, la química que mostraron en Nueve semanas y media aún se mantiene. Así, al menos, lo mostraron durante el estreno de la película, en el Arclight Theatre de Hollywood, Estados Unidos.
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En The informers tienen como compañeros de reparto a Winona Ryder, Billy Bob Thornton, Jon Foster, Amber Heard y Rhys Ifans.
Rourke y Basinger se mostraron muy cariñosos y recordaron ante los presentes y la prensa su actuación en Nueve semanas y media, que los convirtió en ese entonces –por la crítica– en símbolo del erotismo sexual por la escena del baile de la actriz con la música You can leave your hat on, de Joe Cocker.
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La actitud sutil y efusiva entre los actores sorprendió a muchos, ya que tras participar en la mítica cinta, Basinger se refirió –en ese entonces– a su compañero como un “cenicero humano”.
La protagonista también aseguraba que se sentía frustrada porque a partir de aquel momento se la había considerado más como un objeto de deseo, que una verdadera actriz, sobre todo porque en una de las escenas jugueteó con un par de hielos, señala la página de internet www.elperiódico.com.
Basinger consiguió tiempo después un Oscar por su papel en la película La confidential. A sus 55 años mantiene en su rostro la sensualidad que la convirtió en una de las mujeres más deseadas de la década de los ochenta.
La vida de la actriz no ha estado llena de escándalos, como ha sucedido con su coestrella, Rourke, a quien las adicciones al alcohol, las drogas, los problemas por su carácter fuerte y las numerosas visitas al quirófano hicieron que su trayectoria como artista decayera.
A esto se sumó un par de divorcios y varias detenciones que lo llevaron a la ruina e incluso tuvo que vender su colección de motos.
Sin embargo, en los últimos años con las intervenciones en las cintas Sin City y The Wrestler, marcó un regreso triunfal a la pantalla grande. Incluso, el año anterior ganó un Globo de Oro como Mejor Actor.
Ahora espera volverse a robar el cariño del público.